El Arrepentimiento. Está justo con palabras como abominación y adulterio y es tan cómodo como la oficina del obispo. ¿Por qué el tema del arrepentimiento pone nerviosas a las personas?
El arrepentimiento no es aterrador.
Bueno, quizá un poco. Cuando nos arrepentimos, aceptamos justicia y todas las consecuencias de nuestras acciones. Dependiendo de la gravedad del pecado, aquellas consecuencias pueden parecer como fuego y azufre. ¿Qué pensarán mis padres? ¿Tendré que dejar la misión antes de tiempo? Sin embargo, en el momento que confesamos que nos equivocamos, permitimos que la misericordia de Jesucristo llene nuestras vidas. Es con Su luz que nuestras cargas se volverán ligeras y es con Su amor perfecto que podemos alejar todo temor (1 Juan 4:18).
El arrepentimiento no es fácil.
Para alguno de nosotros, no es nada aterrador. El perdón de nuestros pecados es más que murmurar una oración medio dormidos. Por lo tanto, para que el arrepentimiento nos cambie necesitamos cambiar nuestros corazones. De esa manera la alegría que podemos sentir al renunciar a nuestros pecados supera cualquier sacrificio personal que tengamos hacer. Nunca he escuchado a nadie decir: “Desearía nunca haberme arrepentido.” El verdadero arrepentimiento requiere una gran cantidad de trabajo duro, aún así, será siempre será infinitamente más fácil de lo que el Salvador soportó.
La alegría que podemos sentir supera cualquier sacrificio que tengamos hacer.
El arrepentimiento no es una oferta de un solo momento.
Algunos pecados son difíciles de superar, por lo que no debemos pensar que solo nos merecemos tanta misericordia hasta que se agota y nuestra oportunidad de arrepentirnos haya pasado. Veamos lo que un apóstol (¿Apóstol?) tiene que decir:
“Por más oportunidades que hayan perdido, por más errores que piensen que hayan cometido, sean cuales sean los talentos que piensen que no tengan, o por más distancia que piensen que hayan recorrido lejos del hogar, de la familia y de Dios, testifico que no han viajado más allá del alcance del amor divino. No es posible que se hundan tan profundamente que no los alcance el brillo de la infinita luz de la expiación de Cristo.”
El Arrepentimiento no es un plan de respaldo.
No es el botiquín de primeros auxilios que usamos en nuestras emergencias espirituales. ¡Es un regalo del que todos podemos participar cada día! Sentiremos mayor confianza y tranquilidad. El arrepentimiento diario no significa una debilidad moral, por el contrario, significa que somos humildes, obedientes y determinados a progresar. El arrepentimiento no es un castigo para los pecadores — es el privilegio de los santos.
El arrepentimiento no es un castigo para los pecadores — es el privilegio de los santos.
El arrepentimiento no es vivir en el pasado.
A veces, aún después de habernos arrepentido por completo, encontramos que difícil el perdonarnos a nosotros mismos. Dios no quiere que estemos atormentados por nuestros pecados. Cuando nos arrepentimos y nos perdonamos, podemos hacer las paces con el pasado, encontrar un propósito para el presente y mirar hacia el futuro. Como el Presidente Monson decía, tú futuro no es tan desalentador como tus pecados, mas “brillante como tu fe.”
Ahora que he evadido la pregunta por bastante tiempo, ¿qué es el arrepentimiento?, significará algo diferente para todos. Es un regalo universal que aplicamos a un nivel muy personal. Me encanta como el Presidente General de los Hombres Jóvenes, Stephen W. Owen, describió el arrepentimiento en su discurso en la conferencia de Octubre de 2017:
Testifico que en el momento que ponemos un pie en el sendero del arrepentimiento, invitamos al poder redentor del Salvador a nuestra vida. Ese poder estabilizará nuestros pies, ensanchará nuestra visión, y profundizará nuestra determinación de seguir avanzando, paso a paso, hasta ese glorioso día en que finalmente regresemos a nuestro hogar celestial y oigamos a nuestro Padre Celestial decirnos: “Bien, buen siervo”
Quizá está no haya sido tu experiencia, pero el arrepentimiento no nos muestra lo que fue o no fue, lo que es o no es, pero sí nos revela lo que podría ser y, a medida que aprendemos más al respecto pienso que podríamos convertirnos en algo grandioso.
Este artículo fue escrito originalmente por Anessa Rogers y fue publicado por mormonhub.com, con el título: “Repentance: 5 things is NOT”