Estoy muy segura de que algunas palabras han ganado popularidad durante el último año: “Sin precedentes”, “incertidumbre” e “incierto”.
Quizás, por eso pensé automáticamente en una palabra del discurso del élder Dieter F. Uchtdorf.
Al igual que las palabras mencionadas, también comienza con el prefijo “in”. Sin embargo, la diferencia es que esta palabra tiene un elemento de esperanza adjunto. ¿La palabra? “inimaginable”.
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Solo observa algunas de las formas en que el élder Uchtdorf usó esta palabra prometedora en su discurso:
1. “Soy testigo de que, aunque a veces nos sintamos sepultados por las pruebas de la vida o rodeados de tinieblas emocionales, el amor de Dios y las bendiciones del evangelio restaurado de Jesucristo harán que surja algo inimaginable”.
2. “Dios tiene algo inimaginable en mente para ustedes en forma individual y para la Iglesia en forma colectiva: una obra maravillosa y un prodigio”.
3. “Con Cristo al volante, las cosas no solo saldrán bien; serán inimaginables”.
4. “Doy mi testimonio de que esta es la obra de Dios y que Él continuará haciendo muchas cosas inimaginables entre Sus hijos, Su pueblo”.
Cuando leo esas declaraciones, me lleno de optimismo y de la creencia de que se avecinan días mejores.
Aunque, a veces, ese optimismo se ve silenciado por las circunstancias de nuestra vida actual, el élder Uchtdorf nos recordó que “cada dispensación ha enfrentado sus épocas de prueba y dificultades”. En su discurso, compartió:
“El joven José, el hijo de Jacob, fue arrojado a una cisterna, vendido como esclavo, traicionado y abandonado. José debió haberse preguntado si Dios lo había olvidado. Dios tenía algo inimaginable en mente para José. Usó ese período de prueba para fortalecer el carácter de José y ponerlo en una posición que le permitiera salvar a su familia”.
Dos notas al pie de página que acompañan este párrafo, hicieron que el ejemplo de José fuera aún más poderoso para mí:
José tenía quizás solamente diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron como esclavo (véase Génesis 37:2).
Tenía treinta años cuando entró al servicio del Faraón (véase Génesis 41:46).
¿Se imaginan lo difícil que fue para un joven en la plenitud de su vida ser traicionado, vendido como esclavo, acusado falsamente y luego encarcelado?
Ciertamente, José es un modelo, no solo para los jóvenes de la Iglesia, sino también para todo hombre, mujer y niño que desee tomar la cruz y seguir al Salvador.
El uso de la palabra “imaginar” en esta nota al pie de página realmente me llamó la atención.
Estoy segura de que José nunca imaginó ser vendido como esclavo y encarcelado a una edad tan temprana.
Sin embargo, al hacer eso, estaba construyendo un alma resistente.
Como explicó el élder Uchtdorf en la otra nota al pie de página que acompaña este párrafo:
En Salmo 105:17–18 leemos: “Envió a un hombre delante de ellos, a José, que fue vendido como esclavo. Afligieron sus pies con grilletes; en hierro le pusieron”.
En otra traducción, en el versículo 18 leemos: “Le afligieron con grilletes los pies, entró hierro en su alma” (véase la Traducción literal de Young).
Para mí, esto sugiere que las dificultades de José le dieron un alma tan fuerte y resistente como el hierro, una cualidad que necesitaría para el gran e inimaginable futuro que el Señor tenía reservado para él.
Quizás, al tomar nuestra cruz para seguir al Salvador, también tenemos casos en los que el Señor nos está dando dificultades para que nuestras almas puedan ser fuertes y resistentes como el hierro.
Creo que en los próximos meses y años todos podremos mirar hacia atrás y ver las formas en que la pandemia nos ayudó a fortalecer nuestras almas. Como dijo el élder Uchtdorf en su discurso:
“Dios ha revelado y continuará revelando Su mano todopoderosa. Llegará el día en que miraremos atrás y sabremos que, durante este tiempo de adversidad, Dios nos estaba ayudando a encontrar mejores maneras, Sus maneras, de edificar Su reino sobre cimientos firmes”.
Esas mejores formas nos ayudarán a prepararnos para “el gran e inimaginable futuro que el Señor [tiene] reservado para [nosotros]”.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Lindsey Williams y fue publicado en ldsliving.com con el título “What Elder Uchtdorf taught about having a soul prepared for the unimaginable future”.