El jueves 1 de agosto, el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, compartió un conmovedor mensaje en sus redes sociales.
El élder Uchtdorf recordó una experiencia ocurrida hace muchos años en Darmstadt, Alemania.
“Permanezcan juntos, levanten e impulsen desde donde estén”. Imagen: Dieter F. Uchtdorf, Facebook
Un pequeño grupo, incluido él mismo, se encontraba frente a la tarea de mover un pesado piano. Desconcertados ante la magnitud de la tarea, recibieron un sabio consejo:
“Permanezcan juntos, levanten e impulsen desde donde estén”.
Siguiendo esta simple instrucción, el grupo pudo mover el piano con facilidad.
Esta anécdota, aparentemente sencilla, encierra un profundo principio espiritual que el élder Uchtdorf ha llevado consigo a lo largo de los años.
“Nada podrá impedir que esta obra divina avance hacia arriba y hacia adelante”. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Al reflexionar sobre esta experiencia, el apóstol resaltó que, por muy fuertes que seamos individualmente, no podemos ni debemos intentar llevar a cabo las grandes obras del Señor por nuestra cuenta.
“El principio de impulsar desde donde estemos continúa resonando en mi mente hasta el día de hoy. Por muy fuertes que seamos algunos de nosotros, no podemos ni debemos tratar de levantar un piano por nosotros mismos.
Del mismo modo, ninguno de nosotros puede ni debe mover la obra del Señor solo; pero si todos permanecemos juntos en el lugar que el Señor ha señalado e impulsamos desde donde estemos, nada podrá impedir que esta obra divina avance y siga adelante”.
Al permanecer unidos y trabajar juntos, podremos lograr mucho más de lo que podríamos lograr solos. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El mensaje del élder Uchtdorf es un llamado a la unidad y a la colaboración. Al igual que los miembros del grupo que movieron el piano, cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en la obra del Señor.
Al permanecer unidos y trabajar juntos, podremos lograr mucho más de lo que podríamos lograr solos.
Ya sea en nuestro hogar, en nuestra congregación o en nuestra comunidad, podemos aplicar este principio al trabajar juntos para fortalecer nuestros testimonios, servir a los demás y edificar el reino de Dios.
