Cuando oramos sentimos equilibrio en nuestro sistema físico, mental y emocional, al orar podemos expresar nuestros sentimientos, gratitudes y lo que deseas mejorar a Dios.
De acuerdo con el estudio de “Study of The Therapeutic Effects of Intercessory Prayer”, publicado por American Heart Journal, explica que la oración produce relajación, reduce la presión arterial, los ritmos cardiacos y respiratorios.
En el estudio, también se explica que la oración es un medio para sanar enfermedades muy graves en momentos de desesperación.
Pero, ¿qué pasa cuando la oración se vuelve un hábito? Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Pero, ¿qué pasa cuando la oración se vuelve un hábito?
Sabemos que si oramos a menudo, seremos más sensibles a los susurros del Espíritu Santo.
Aquí te compartimos lo que sucede cuando adquirimos el hábito de orar por más de un año.
Un día orando
Un día orando.
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Es difícil expresar con claridad lo que sentirás en tu primer día de oración. Es una experiencia única.
En el momento, sentirás, calma, tranquilidad, paz y reflexión. Es posible que sientas una conexión más profunda con el Padre Celestial, ahora estarás más atento a las impresiones del Espíritu Santo.
Una semana orando
Una semana orando.
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Es posible que notes algunos cambios en tu estado mental y emocional.
Los cambios no serán inmediatos, pero requieren de tiempo como también consistencia para ver resultados.
Es normal pasar por distracciones o pensamientos negativos que dificulten la concentración en la oración, no te preocupes, es parte del proceso de adaptación.
Un mes orando
Un mes orando.
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En ese momento, sentirás una notable mejora emocional y espiritual, tu nivel de estrés se habrá reducido además de las preocupaciones que te rodean.
Por medio de la oración, sentirás la influencia del Espíritu Santo, establecerás hábitos más saludables de la mano con una rutina más equilibrada.
Después de un mes de oración, es probable que hayas experimentado cambios positivos en tu vida e incluso la manera en que te relacionas con el mundo.
Seis meses orando
Seis meses orando.
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Serás más sensible a lo que el Señor desea para ti, ya forma parte de tu rutina diaria, ahora lo sientes más natural.
Te ayudará a regular tus emociones, estarás más centrado en momentos de estrés y ansiedad.
Podrás sentir más el propósito de tu vida, también te ayudará a tomar decisiones para tu propio beneficio.
Un año orando
Un año orando.
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Has mejorado el control de tus sentimientos como también tus emociones, tu cerebro ya sabe qué decisiones tomar.
Tu bienestar emocional, espiritual serán más notables a diferencia de la primera semana.
Tu relación con el Padre Celestial es más estable por lo que entenderás cómo ha influido en tu vida por medio del Espíritu Santo.
La oración es una forma de encontrar paz con nosotros mismos
A través de la oración, podemos sentirnos en armonía con el Padre Celestial, no importa cuantas veces lo hagas, siempre habrá un tiempo perfecto para orar.
Encuentras alivio a las adversidades y la capacidad de controlar esos sentimientos que dificultan tu concentración y adoración al Señor.
Fuente: Instagram
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