Por Sandra Nazar, para el Deseret News. Previamente publicado en el blog del Autor.
Alguna vez has tenido esos días o semanas cuando el estrés y los problemas de la vida diaria te han hecho sentir un poco perdido? A veces el mundo es tan ajetreado y tan extremadamente acelerado que me encuentro a mí mismo a punto de perder el ritmo. El caos me deja sintiéndome completamente, abrumado, desconcentrado y carente de dirección. Solo por un momento o dos, me siento perdido.
Cuando me siento así, trato de hacer que mi mundo reduzca su velocidad. Busco un lugar silencioso y tranquilo, bloqueo el ruido y los estreses del mundo por un momento y me recuerdo a mí mismo donde estoy yendo y que es lo más importante. Y luego, me aseguro de que estoy en el camino correcto para llegar allí.
Recientemente, durante uno de esos tiempos, pensé en los Israelitas quienes estuvieron perdidos en el desierto por 40 años (Números 14:33). Me he sentido agradecido de que esos tiempos en mi vida en los cuales me he sentido perdido hayan sido muy breves en comparación. Cuando pienso en esos israelitas , yo recuerdo que, a pesar de que estaban perdidos por causa de su incredulidad y falta de fe, Dios los observaba y cuidaba de ellos.
Mientras ellos vagaban en el desierto, Dios les proveyó de agua de una roca y les envió el maná desde el cielo (Éxodo 16 y Éxodo 17:6) El les guío a través de una columna de nubes durante el día y una columna de fuego para darles luz durante la noche (Éxodo 13.21). El los protegió de sus enemigos y de las serpientes venenosas (Éxodo 14 y Números 21). Él Nunca los dejó solos en el desierto.
En algún tiempo u otro, todos nosotros nos sentimos como si estuviéramos vagando en un desierto o perdidos en un bosque. Las presiones de este mundo pueden abrumarnos. Es fácil sentirnos desanimados, y sentir que no hay un final a la vista o no hay una salida pero los desiertos de esta vida son temporales.
Cuando estamos perdidos, Dios siempre estará allí para velar por nosotros y ayudarnos a encontrar nuestro camino. Nos alimentará, fortalecerá e iluminara nuestro camino. El nos mostrará la forma para que salgamos del desierto.
Él nos guiará a salvo y de forma segura a la tierra prometida.
Sandra Nazar vive, escribe blogs en Oklahoma con su esposo y cinco niños. Su dirección es www.sincerelysandra.net.