El 31 de mayo el presidente Henry B. Eyring cumplirá 90 años.
En su honor, Church News compartió un video reciente en el cual el presidente Eyring relata lo que ha aprendido en los últimos 90 años de vida.
Dentro de su experiencia, él ha servido como profesor en Stanford University, ha sido presidente de Ricks College, comisionado y comisionado adjunto del Sistema Educativo de la Iglesia, miembro del Obispado Presidente, miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles desde 1995, y miembro de la Primera Presidencia desde 2007.
A continuación verás algunos de los principios que el presidente Eyring ha aprendido a lo largo de su vida y que compartió durante este video.
1. Sirve al Señor y las cosas saldrán bien
Después de recibir su licenciatura en física en University of Utah, el presidente Eyring recibió su primera asignación en la Fuerza Aérea.
Al llegar a la base, pensó que su nueva responsabilidad estaba “por encima de sus capacidades” y que “no podría hacerlo”.
Fue en ese momento que vino un pensamiento a su mente: “Debes servir al Señor”. Poco después, se le llamó como misionero de distrito.
Cada día cumplía con sus responsabilidades en la Fuerza Aérea mientras que por las noches cumplía con la obra misional.
Cuando ingresó a Harvard Business School sucedió algo similar. Él era un físico en una facultad de negocios.
Pocas semanas después, se le llamó como consejero en la presidencia de distrito. Su labor le dio muchas bendiciones. El presidente Eyring no solo obtuvo su MBA en Harvard University, sino también un doctorado.
De la misma forma, cuando fue maestro en Stanford University, lo llamaron como obispo del Barrio Stanford, y las cosas se dieron para bien.
Una experiencia muy resaltante ocurrió cuando lo llamaron para ser el nuevo presidente de Ricks College y asistió a su primera reunión en la Junta Educativa de la Iglesia.
El presidente Harold B. Lee, entonces presidente de la Iglesia, le pidió que compartiera su discurso de aceptación del cargo.
El presidente Eyring respondió con el mejor discurso de aceptación que el presidente Lee, en sus palabras, hubiera escuchado:
“No sé nada sobre el Ricks College, y tampoco sé cómo dirigir una universidad, pero sé esto: Es la escuela del Señor, y encontraré la manera en que Él quiere que la dirija, y me alinearé a ello, y no fallaré”.
El presidente Eyring resaltó con todas estas experiencias de que mientras uno cumpla con la voluntad del Señor y se alinee a Él, nunca fallará.
2. Concéntrate en hacer lo que el Señor desea
Poco después de casarse, el presidente Eyring y su esposa se mudaron a una casa en la cima de una colina en California, lugar que llamó como “el lugar más cercano al cielo”.
Después de 10 años de haber vivido en aquel lugar idílico, se le llamó para ser el próximo presidente del Ricks College, en el estado de Idaho, un estado con nevadas constantes.
Pasó de vivir en el cálido y hermoso clima de aquella casa en la cima de una colina, a vivir en un estado donde la nieve se filtraba por la puerta de su remolque.
La hermana Eyring nunca se quejó. El Señor le había hecho saber que debía prepararse desde un principio para que cuando el Señor llamara a su esposo y tuvieran que irse de aquel paraíso junto a sus tres hijos, estuviera preparada.
La hermana Eyring sabía que lo que estaba sucediendo estaba en los planes del Señor. El año que estuvieron viviendo en aquel remolque fue uno de los “años más dulces” para la familia.
El presidente Eyring resaltó que la prioridad de su esposa siempre fue hacer lo que el Señor desea.
3. Los profetas realmente reciben revelación
En su experiencia sirviendo en la Primera Presidencia, el presidente Eyring ha aprendido dos cosas:
- La fe de los Santos de los Últimos Días es asombrosa. Aunque hayan guerras, pobreza, enfermedad o cualquier otra dificultad, la fe y la bondad de los Santos es impresionante.
- Los profetas realmente reciben revelación. El Señor dirige Su Iglesia en cada detalle.
Además, relató que cada presidente de la Iglesia con el cual sirvió recibe revelación y expresa su amor de maneras muy personales.
Él recuerda mucho el sentido de humor del presidente Hinckley, la preocupación y el cuidado del presidente Monson por cada persona, y la bondad y la capacidad de ver el bien en las personas que tiene el presidente Nelson.
A puertas de sus 90 años, el presidente Eyring sigue adelante con una fe inquebrantable y se concentra en cómo ser más agradecido con las bendiciones que el Señor le ha dado durante toda su vida.
En sus palabras, termina:
“Miro para adelante. Hay algunas cosas que todavía no he realizado, y otras que me gustaría hacer”.
Fuente: Church News