Amigos, diversión, fiestas y éxito profesional. ¡Calyann Barnett lo tenía todo! Hasta que descubrió que vivía en una prisión que ella misma había creado.
En un nuevo mensaje inspirador de la Iglesia de Jesucristo, publicado el jueves 11 de marzo, la famosa estilista de celebridades, Calyann Barnett, compartió lo que la llevó a conocer el evangelio de Jesucristo y el cambio que dio su vida desde ese punto.
Calyann compartió que ella y sus clientes estaban en un retiro de trabajo hace unos años, cuando notó que su amigo, Clarke Miyasaki, no estaba bebiendo.
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La estilista le preguntó a Miyasaki la razón y él le contó que era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
“Al ir conociéndolo, comencé a fijarme en cómo vivía su vida con su familia y que, aunque tenía todas estas cosas entre manos, su familia era lo más importante. Y eso no se ve mucho hoy en día”, expresó Barnett.
Sin embargo, no fue hasta una experiencia que tuvo en un viaje de trabajo que se dio cuenta que había empezado a “construir su propia prisión” y que necesitaba un cambio urgente en su vida. Con eso mente, al regresar a casa del viaje tomó la decisión de dejar de beber.
Tres meses después le pidió a Clarke Miyasaki que pudiera contarle más sobre su fe.
Lo que le llamó la atención fue saber que las planchas de oro contenían el Libro de Mormón, un registro de la comunicación de Dios con el antiguo pueblo de las Américas, que fue entregado a José para su traducción por el poder de Dios.
“Le dije: ‘¿Sabes qué, Clarke?, quiero leer ese libro porque tú realmente crees en él… Voy a leerlo y a demostrar que te equivocas… Me gusta cuestionarlo todo y demostrarle a la gente que se equivoca, así que dame tu libro, déjame leerlo y veremos lo que sucede al final”’.
Después de tres semanas, Calyann comenzó a compartir lo que leía con Clarke. Cuando se encontró con la “maldición de la piel oscura” en 2 Nefi 5, expresó su preocupación por el racismo.
Pero todo cambió cuando leyó 2 Nefi 26: 33:
“Porque ninguna de estas iniquidades viene del Señor, porque él hace lo que es bueno entre los hijos de los hombres; y nada hace que no sea claro para los hijos de los hombres; y él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles”.
Barnett expresó que en ese momento, “todo cobró sentido”, se dio cuenta de que en verdad Dios ama a todos y no excluye a nadie.
Calyann continuó leyendo el Libro de Mormón hasta que sintió una voz que le decía que tenía que tomar una decisión: “Puedes creer o puedes seguir siendo escéptica”.
Ella sintió que “Jesús es real” y se lo contó a Clarke. Él la invitó a asistir a la Iglesia con su familia.
Uno de los domingos que asistió a la Iglesia, donde cualquier persona puede compartir su testimonio de Jesucristo, ella compartió sus sentimientos sobre el Libro de Mormón y el Salvador.
Ella sabía que algo le faltaba y, pronto, Calyann fue bautizada.
“Sientes amor, sientes perdón, sientes felicidad y paz en tu interior es algo verdaderamente renovador, es como nacer de nuevo. Suena muy cliché, pero realmente es así. Es un nuevo comienzo”.
Fuente: Church News