Cuando el rey Luis fue destronado y encarcelado, su hijo fue apartado de su familia.
En la cárcel, intentaron destruirlo moralmente, lo rodearon de gente vil e inicua que usaba lenguaje soez.
Después de seis meses de convivir con este tipo de personas con lamentable comportamiento, los guardias le preguntaron por qué jamás actuó como ellos.
Él respondió: “No puedo hacer eso, nací para ser rey”. (Véase Vaughn J. Featherstone, “The King’s Son”, New Era, noviembre de 1975).
Cuando Satanás tentó a Cristo en el desierto, comenzó sus tentaciones diciendo “si eres el hijo de Dios…”
Cristo sabía quién era.
Él conocía Su herencia divina y, por eso, no cayó víctima de las tentaciones.
¿Qué pasaría si nuestras acciones siempre pasaran por el filtro del conocimiento de nuestra herencia divina?
¿Cómo cambiaría este día? ¿Esta hora? ¿Este minuto?
El élder Norby, que estuvo en el atentado en el aeropuerto de Bruselas, aconsejó: “Podemos permitir que la decepción nos visite, pero nunca que se quede”.
Creo que ocurre lo mismo con la tentación.
No podremos evitar que venga a visitarnos. Sin embargo, es nuestra decisión si permitimos que se quede e influya en nosotros hasta caer en ella.
Incluso si tu primer pensamiento no es el mejor o incluso bueno, puedes controlar tu segundo pensamiento y tus acciones.
“No renuncies a lo que más anhelas en la vida por algo que ahora crees desear”. – Neal A. Maxwell
Recuerda:
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios […y] dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. (1 Corintios 10:13)
Como dijo Cristo, “Yo soy el camino”. (Juan 14:6)
Él es el camino por el que escapamos de la tentación.
Él nos dio el ejemplo para soportar la tentación.
Él sufrió todas las tentaciones para que no tengamos que experimentar esto solos.
Recuerda, naciste para ser una reina, naciste para ser un rey.
En un devocional mundial para JAS en 2022, el presidente Nelson dijo:
“Cada decisión justa que tomen aquí generará enormes dividendos ahora, pero las decisiones justas de la vida terrenal reportarán unos dividendos inimaginables en la eternidad.
Si eligen hacer convenios con Dios y son fieles a esos convenios, tienen la promesa de ‘gloria [aumentada] sobre su cabeza para siempre jamás’”. (“Decisiones para la eternidad”, Russell M. Nelson)
Fuente: Come Follow Me Daily