Seguramente alguna vez hemos pensado: “Quiero hacer nuevas amistades, pero no sé cómo hacerlo” o “No soy tan amigable como para crear una amistad con mi compañero, o compañera, ministrante”.
Claramente, crear amistades no es parte de nuestra zona de confort.
En un mundo donde es muy sencillo evitar la interacción, muchos de nosotros nos hemos podido sentir solos y aislados, incluso inadecuados cuando se trata de formar una amistad.
Brooke Romney es un escritor y blogger Santo de los Últimos Días que participó en el nuevo episodio del pódcast “All In”.
Durante la conversación, él explicó que a veces las personas que más nos necesitan no siempre están inmediatamente en nuestro camino y debemos salir de nuestra zona de confort.
A continuación, te compartiré las interesantes lecciones que dejó para formar estas relaciones y amistades genuinas de la mano con el Padre Celestial.
Debes ser agente, no sujeto
Cuando las personas viajan a un nuevo lugar, a veces son acogidas inmediatamente de buena manera. Sin embargo, cuando no lo son, algunas personas hacen un verdadero esfuerzo para crear un vínculo, pero no siempre es correspondido.
Es por ello que las personas dicen que no tienen amigos. No obstante, esas mismas personas a veces son quienes nunca han invitado a alguien a cenar, nunca le han dicho a alguien para salir a caminar, nunca han creado un grupo de actividades y nunca le han preguntado a alguien si quiere ir a cenar.
Eso es lo que debes darte cuenta. Nadie es tan especial como para no hacer ningún tipo de esfuerzo por tener una relación de amistad. Uno debe esforzarse en ello, y si no funciona, es momento de buscar en otro lado.
Debes salir de tu círculo social, de tu zona de confort
Especialmente como miembro de la Iglesia de Jesucristo, seguramente asumes que tu barrio debe ser el centro de tus amistades y a veces sucede, pero también puedes ir más allá. En ocasiones, el Señor tiene un camino diferente, Él puede necesitarte en otro lugar.
Salir de esa zona también incluye salir de tu grupo de edad. El Señor sabe que alguien puede necesitarte, incluso una hermana de la tercera edad o tal vez alguien que se sienta solo o sola y no sea la persona más divertida, pero que necesita de una amistad.
Es en ese momento cuando debes estar en sintonía con el Señor para encontrar al amigo que Él ha reservado para ti. Su intención nunca ha sido que camines solo.
Tu trabajo como hermano o hermana ministrante
Una de las cosas más hermosas de trabajar en la ministración es que el Señor literalmente te está diciendo con quién quiere que construyas una amistad.
Es ahí donde el Padre te está diciendo que te preocupes por su familia y por lo que están pasando. No se trata de visitarlos una vez al mes y listo, sino algo mucho más personal.
Esta relación de amistad no tienen mucho que ver con el evangelio y las fuentes doctrinales, sino el amarse el uno al otro y que sus familias se amen entre sí.
Tus relaciones y amistades crecerán mientras te preocupes sinceramente por estas personas.
Es cierto, es incómodo hacer ciertas preguntas y comprender sus situaciones, pero cuando lo hagas, se abrirán y la forma en que podrás relacionarte con ellos y ellas será increíble.
Ninguna amistad y ninguna relación se fortalecerá a menos que estés dispuesto a ir a algún lugar que sea un poco incómodo para ti. Y estoy seguro al 100% de que es donde debes estar.
Fuente: LDS Living