Desde el día en que Russell M. Nelson fue sostenido y apartado como el presidente y profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 14 de enero de 2018, hemos sido inmensamente bendecidos por sus enseñanzas.
El presidente Nelson es un cirujano e investigador médico de renombre mundial y también padre de 10 hijos.
Durante sus años de vida, el presidente Nelson ha tenido la gran responsabilidad de ser padre.
Seguramente estarás pensando que haber sido criado por un profeta debe ser un privilegio que pocos hijos de Dios tienen en esta vida. Probablemente sean personas muy especiales y transmitan la misma luz.
En definitiva, ellos son muy especiales.
Aquí te contaré mi experiencia cuando conocí a la hija del presidente Nelson durante mi misión, la hermana Laurie N. Marsh.
Un rostro muy familiar
En julio de 2020, después de haber sido reasignado de mi misión original en Brasil, llegué a la misión de Arequipa en Perú.
Tenía un nuevo compañero, una nueva área, una nueva misión. Sin embargo, tuve una gran sorpresa al conocer a mi presidente de misión y su esposa.
La hermana Laurie N. Marsh, esposa del presidente Marsh, tenía unos rasgos faciales muy parecidos al del presidente Nelson.
Al principio pensé que era pura coincidencia, no obstante, la sorpresa llegó cuando la hermana Marsh nos comentó cuál era su apellido de soltera: “Nelson”. Ella nos dijo que su padre, o “daddy”, como ella le decía, era el presidente Nelson, el actual profeta.
Un hermoso sentimiento de gratitud vino a mi corazón y a mi mente al descubrir esta relación tan especial.
El rostro de la hermana Marsh no solo era muy similar al del presidente Nelson, también emanaba la misma felicidad y luz que su padre. Era angelical.
Su trato con los élderes y las hermanas de la misión era dulce y maternal. Todos los misioneros teníamos un concepto perfecto de ella.
La hermana Marsh era la compañera y esposa amorosa y celestial de nuestro presidente de misión. Siempre estaba preocupada por sus amados misioneros y misioneras.
Las enseñanzas de su padre
Uno de los recuerdos más valiosos que tengo de la hermana Marsh fue durante una reunión con los misioneros de mi zona.
Ella comenzó a relatar algunas experiencias familiares que tuvo con su padre, sus otras 8 hermanas, y su hermano.
Lamentablemente, ella había perdido a dos de sus hermanas debido al cáncer. Con mucho pesar nos comentó que ellas eran sus mejores amigas. El dolor de su padre, el presidente Nelson, fue aún mayor.
Durante la conversación le pregunté cuáles eran las mayores enseñanzas que había aprendido de su padre.
Jamás me imaginé su respuesta.
Pensé que me revelaría algunos secretos doctrinales, o revelaciones angelicales que el presidente hubiera visto, pero no. Su respuesta fue tan sencilla y poderosa que hasta el día de hoy las guardo en mi corazón.
La hermana Marsh me compartió:
“Las cosas que más aprendí de mi “daddy”, perdón, el presidente Nelson fueron:
Primero, su devoción al Señor. Él siempre buscaba cumplir con sus mandamientos, sin importar las circunstancias. Y segundo, el amor que él siempre tuvo por su esposa, mi madre”.
Desde aquel día he guardado sus palabras con mucho amor y me han servido al momento de tomar decisiones muy importantes.
Ciertamente, no hay secretos o doctrinas profundas mayores que estas dos verdades.
Jamás hubiera podido imaginar a un profeta desobediente y con un mal comportamiento por su compañera eterna, su esposa.
Estoy muy agradecido al Señor por haberme dado esta hermosa oportunidad, de haber conocido a la hija del presidente Nelson y haber aprendido de su vida tan ejemplar.
Las personas más importantes en nuestra vida siempre serán dos: Dios, y nuestro cónyuge.
Será de nuestra relación con aquellas dos personas que dependerán las mayores bendiciones y promesas en nuestras vidas.