Esta es la historia de la hermana Amy A. Wright, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, que fue diagnosticada con cáncer en etapa IV y las maravillosas lecciones que aprendió durante su lucha.
Mientras pasaba horas en la sala de infusiones intravenosas del hospital cada semana luchando por su vida, la hermana Amy A. Wright conoció a cientos de personas, cada una con una historia única.
“Esas personas nunca hablaron sobre lo que hacían para ganarse la vida, dónde se graduaron, cuánto dinero ganaban, el tipo de auto que conducían o a dónde viajaban. Pero, vi muchísimas fotos de las personas que amaban”, dijo.
Hablar con desconocidos y ver fotos de sus seres queridos la ayudó a ver, a través de los ojos del Salvador Jesucristo, lo que realmente importa.
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A finales de 2015, a la hermana Wright le diagnosticaron cáncer de ovario en etapa IV.
La única forma en que su familia sobrevivió a los tratamientos agresivos fue enfocándose en el Salvador.
“Cuando se trataba de mí, el mundo se convertía en un lugar realmente oscuro. Sin embargo, cuando mi enfoque se volvía hacia afuera, cuando me esforzaba por servir a los demás y caminar como Cristo caminaba, había luz y gozo, incluso durante el mayor dolor y sufrimiento”, dijo la hermana Wright, que fue sostenida como segunda consejera de la presidencia general de la Primaria durante la conferencia general de abril de 2021.
La hermana Wright describió su batalla contra el cáncer como una “experiencia de pulido y refinamiento”, una batalla que fue “diseñada de manera única” para ayudarla a llegar a conocer al Salvador de una manera profundamente personal.
Asimismo, esta batalla le enseñó que la fortaleza adicional se obtiene al tratar de aprender y comprender los diversos desafíos de los demás.
“No atraviesas una batalla como la que me tocó a mí solo por ti”, dijo la hermana Wright sobre su lucha contra el cáncer. “Lo haces por tu familia… Lo haces por las personas que amas… Quieres que ellos también tengan una experiencia con el Salvador. De eso se trata todo, llegar a conocer a Cristo”.
Cada vez que la hermana Wright escucha un testimonio poderoso, “piensa para sí misma que hay una historia allí y que ésta tuvo un precio”.
Fuente: Church News
