Cómo recibir inspiración para aquellos que enseñas en la capilla

inspiración para enseñar

¿Cómo puedes recibir inspiración para aquellos que tú enseñas en la capilla?

El mes pasado, la iglesia anunció unas nuevas actualizaciones para el estilo de aprendizaje y el plan de estudios de la sociedad de socorro y el sacerdocio. Éste tendrá un enfoque en las necesidades personales del barrio y de la comunidad.

Esto puede parecer intimidante, especialmente cuando se sabe que todos los maestros son simplemente voluntarios que aceptaron un llamamiento y que en algunos casos no han tenido experiencia de enseñanza formal. Sin importar en qué nivel de comodidad te encuentres, aquí te compartimos unas excelentes ideas que te ayudarán a saber cómo recibir inspiración de Dios para ser un mejor maestro y un mejor amigo para los miembros de tu barrio.

1. Conoce a los miembros de tu barrio

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Un maestro informado es un maestro inspirado. Entre más conozcas a las personas de tu clase, la preparación de tu clase será más directa. Si has sido llamado para servir en una presidencia o para ser un  maestro, trata de hablar con los miembros de tu barrio y conoce más sobre ellos y sobre  lo que sucede en sus vidas. Esto puede ser tan simple como conversar con las personas antes de que la clase comience o esforzarse por construir amistades más duraderas con ciertos hermanos y hermanas.

El liderazgo del barrio también es un buen recurso. Habla con tu obispado ó con tus presidencias, para recibir sus consejos y sugerencias respecto a lo que puede ser mejor para el grupo que vas a enseñar cada semana.

2. Ora para conocer sus necesidades

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Ora sinceramente para conocer las necesidades de aquellos a quienes enseñas. Aunque rara vez recibirás una respuesta específica, te puedes sentir inspirado para enfocarte en un aspecto específico de la lección o para tratar cierto tema. La mejor parte para hacer que tus oraciones sean efectivas es hacer tu parte y prepararte.

Trata de pasar al menos una semana reflexionando en tu clase y pensando en cómo utilizar tu lección para bendecir a los miembros a los cuales vas a enseñar. Recuerda, Cristo conoce a cada uno de tus alumnos, y Él quiere llegar a cada uno de ellos. Él puede guiarte en la dirección correcta.

3. Estar dispuestos a cambiar y adaptarse

En el pasado, las lecciones estructuradas han hecho que los maestros se sientan obsesionados por cumplir con cada parte del material propuesto. Es importante que dejes espacio para el Espíritu Santo durante tu lección. Muchas veces, el Espíritu te dirá en el momento preciso lo que necesitas decir. Prepara la lección, y mantente dispuesto a hacer cualquier cambio. ¿Te parece que el grupo está muy interesado sobre una parte específica de la lección? Bueno, omite todo lo demás y déjalos participar. ¿Alguien hizo una pregunta importante y sientes que te está quitando tiempo? Deja que la discusión se lleve a cabo.

Cambia y adapta tu lección de acuerdo a lo que el Espíritu Santo te indique.

 Habla menos, pregunta más

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Toma nota de cuánto estás hablando versus cuánto todos los demás están hablando. Tu objetivo principal debe ser actuar como facilitador. La mejor manera de hacer esto es haciendo preguntas inspiradas. También puedes preguntarle a los  miembros de la clase, qué preguntas tienen respecto al tema que se va a tratar y así pueden tratar esas preguntas durante el desarrollo de la lección.

5. No trates de ser mejor que el Espíritu Santo

 

Al final, tu rol como maestro es el de invitar al Espíritu y crear una atmósfera de vulnerabilidad. Aunque puedes sentirte cómodo y confiado con un tema que te gusta mucho, no dejes que el orgullo te domine y opaque tu propósito. A menudo queremos compartir nuestras propias ideas, enseñar de una forma llamativa y entretenida o impresionar al grupo con lo mucho que sabemos y entendemos. A veces ni siquiera nos damos cuenta que lo estamos haciendo.

Si tu objetivo es ayudar a los miembros de la clase para que tengan una experiencia personal enriquecedora con Jesucristo a través del Espíritu Santo, tu clase seguramente será inspirada.

 

 

Este artículo fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en ldsdaily.com, con el título: “How to Receive Inspiration for Those You Teach at Church”

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