Uno de los mayores retos que enfrentaron los pioneros fue el proceso de establecer Sión. El populacho y sus persecuciones, la hostilidad con otras comunidades y las fuertes condiciones climáticas fueron causa de mucho dolor para esos primeros santos.
Sin embargo, su fe les permitió superar cada obstáculo, logrando así el establecimiento de la Iglesia restaurada de Jesucristo. Así como ellos, nosotros también enfrentamos desafíos actuales al edificar un pueblo para el Señor.
Una lucha interna
Uno de esos desafíos actuales es nuestra batalla con el “hombre natural”, nuestra condición de ser influenciados por las pasiones y apetitos de la carne.
Kimberly, una miembro de la Iglesia de Jesucristo, compartió su experiencia en cuanto a esta lucha. Ella recordó que desde su niñez esperaba con ansias el momento de su bautismo y cuando al fin llegó, hizo la promesa de mantenerse pura desde el momento en que saldría de la pila bautismal.
Ella recuerda que se sintió muy feliz al salir del agua, pero no tardaría en romper su promesa. Luego de su bautismo, Kimberly golpeó a uno de sus hermanos e insultó al otro mientras discutían. Luego de perder los estribos, ella recordó su promesa y quedó devastada por haber actuado bajo la influencia del hombre natural con tanta prontitud.
Su experiencia, aunque proveniente de la inocencia infantil, se relaciona con nuestras vivencias. Puede que tengamos la determinación de guardar los mandamientos. Sin embargo, nos frustramos cuando nos gana el hombre natural. ¿Cómo podemos edificar Sion a pesar de nuestro hombre natural?
Encontrarnos en Jesucristo
Lo mejor que podemos hacer es recordar que el único camino a Sión es el Salvador. Esto quiere decir que, al procurar momentos para encontrarnos en Jesucristo, recibiremos fortaleza para vencer al hombre natural y purificar nuestros corazones a fin de edificar Sion en estos tiempos.
Pero, ¿qué significa encontrarnos en Jesucristo? Esto quiere decir arrepentirnos con sinceridad diligentemente. Al hacerlo, nos acercaremos más a Cristo, lo que nos permitirá poner los cimientos de Sión, un pueblo dedicado a Dios.
Edificando Sión
Encontrarnos en Jesús también es una invitación para ayudar a los demás a aplicar el arrepentimiento a fin de consolidarnos como Pueblo del Señor. Es posible que en este esfuerzo tengamos que afrontar diferencias de opiniones.
Cuando chocamos con perspectivas contrarias, en especial cuando se trata de fe, puede que nuestra reacción sea intentar cambiar esas perspectivas debido a que pensamos que tenemos razón y debemos corregir a los demás de sus pensamientos para ayudarlos a arrepentirse y cambiar.
En realidad, esa no es la forma de edificar Sión. El élder Dieter F. Uchtdorf lo explicó cuando declaró:
“No significa cambiar mi corazón para alinearlo con el de ustedes. Tampoco significa que cambien su corazón para alinearlo con el mío. Significa que todos cambiamos nuestro corazón para alinearnos con el Salvador”.
Debemos reconocer que no podemos controlar la vida de los demás. Después de todo, el arrepentimiento se vive de manera personal. Sión se edificará cuando cada persona desarrolle un deseo sincero de alinear su corazón con el Salvador.
Fuente: Meridian Magazine
