Un amigo es alguien a quien puedes acudir en un momento de necesidad.
“¿Tienes algo para comer?”
A veces, comenzar una nueva amistad puede ser tan fácil como pedir comida. Si es así, tendríamos que preguntárselo a Alma y Amulek.
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Cuando Alma fue por primera vez a predicar el Evangelio en Ammoníah, las cosas no fueron tan bien.
El pueblo lo insultó, le escupió y, luego, lo echó de la ciudad. Así que, puedes imaginar su sorpresa cuando un ángel le ordenó que regresara a la ciudad.
Sin embargo, Alma obedeció, regresó a Ammoníah “rápidamente”, sin dudarlo (véase Alma 8: 6–18).
Se encontraba agotado y hambriento, y pidió comida a la primera persona que vio.
Esa persona fue Amulek.
Amulek invitó a Alma a su casa, y pronto Alma comió, descansó y ¡estaba listo para enfrentarse al mundo nuevamente! (Véase Alma 8: 19–22.)
Un buen amigo puede marcar la diferencia.
Además, a veces, cuando necesitamos apoyo, amistad, ayuda o comida, debemos ser nosotros los que nos acerquemos, tal como lo hizo Alma.
Juntos, Alma y Amulek se convirtieron en el mejor equipo de enseñanza, la materia de la que están hechos los sueños misionales.
Juntos siguieron al Espíritu, realizaron milagros, enfrentaron a abogados inicuos y ayudaron a llevar a muchas personas a Jesucristo.
¿Qué te parece eso con respecto a los “goals” en una amistad?
Fuente: La Iglesia de Jesucristo