Escribiré un artículo … más tarde.
POSPONIENDO LA VIDA
Hoy voy a hablarles de un tema que es muy importante para mí: Los peligros de la procrastinación.
Hay muchas tareas, tanto grandes como pequeñas, que se deben completar todos los días para poder sobrevivir. Entonces, ¿por qué la frase: “mañana lo haré” es tan común en nuestra sociedad?
Lo admito, yo soy una procrastinadora. Usualmente no pospongo sólo las cosas aburridas como hacer las tareas e ir a hacer las compras en el supermercado, sino que también pospongo ciertas necesidades como comer y dormir.
En pequeñas cantidades, la procrastinación parece inofensiva. A veces decimos, “tengo que entregar un ensayo de 5 páginas, pero todavía tengo hasta el miércoles, así que puedo seguir viendo mi serie de televisión favorita”. Eso parece insignificante, hasta que sin darnos cuenta, son la 1:30 a.m. del martes. (Sí, esto también me ha pasado a mí).
Puede haber razones más profundas para postergar una tarea importante. Un proyecto difícil y estresante a veces se pospone por el simple hecho de que la idea de abordar algo tan desafiante puede ser aterradora, porque las consecuencias de hacer un trabajo mediocremente es más estresante que la tarea en sí.
Parece contradictorio que posponer una tarea y tomar el camino difícil, es menos aterrador que fracasar en el trabajo. Las personas con problemas de ansiedad son más propensos a la procrastinación ya que el miedo de no hacer un trabajo perfecto puede ser paralizante.
“La procrastinación… es el ladrón de nuestro respeto propio. Nos molesta y arruina nuestra diversión. Nos priva de la plena realización de nuestras ambiciones y esperanzas”. Presidente Thomas S. Monson.
La mentalidad de “lo haré mañana” es problemático cuando se trata de cosas como hacer las tareas y es perjudicial cuando se trata de cosas como pagar los impuestos, pero es verdaderamente peligroso cuando se trata de los asuntos espirituales. Puede parecer inofensivo posponer un viaje al templo para ir a ver el estreno de una película, o cuando se deja el estudio de las escrituras para otro día, pero caer en el hábito de posponer las actividades espiritualmente enriquecedoras puede tener consecuencias a largo plazo.
Si decidimos que otras cosas son más importantes que los asuntos espirituales, ¿cómo estamos creando los límites? ¿Qué tan a menudo estamos reemplazando nuestras prioridades celestiales con asuntos mundanos e insignificantes de tal manera que estamos dejando que lo mundano se convierta en una prioridad? ¿Por qué es eso tan peligroso?
Mas he aquí, vuestros días de probación ya pasaron; habéis demorado el día de vuestra salvación hasta que es eternamente tarde ya, y vuestra destrucción está asegurada; sí, porque todos los días de vuestra vida habéis procurado aquello que no podíais obtener, y habéis buscado la felicidad cometiendo iniquidades, lo cual es contrario a la naturaleza de esa justicia que existe en nuestro gran y Eterno Caudillo. (Helaman 13:38)
Si estás buscando consejos de como evitar la procrastinación en este artículo, te cuento que no tengo ninguno. Pero sí tengo un consejo para ti.
Los asuntos espirituales deben ser nuestra primera prioridad en todo momento. A parte de emergencias y responsabilidades inevitables, no hay una razón válida para postergar el estudio de las escrituras, la asistencia al templo y otras actividades de la iglesia. No podemos tomar nuestra salvación a la ligera. Las responsabilidades cotidianas, los pasatiempos y otras actividades no son tan importantes como la salvación de nuestras almas.
Este artículo fue escrito originalmente por Emily Sherman y fue publicado en mormonhub.com con el título: “The Dangers of Procrastination”