Sabemos que el hombre y la mujer fueron creados por Dios, nuestro Padre Celestial, pero es gracias a las enseñanzas de la Iglesia de Jesucristo que sabemos que hubo alguien más a Su lado, la Madre Celestial.
Esta verdad universal nos dice que tenemos un Padre y una Madre Celestial y que somos amados hijos procreados en espíritu por Ellos.
“Heavenly Mother” por Moana Larsen
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó:
“El hecho de que no oremos a nuestra Madre Celestial de ninguna manera le resta importancia ni la denigra” .
Que no tengamos mucha revelación sobre Ella o registros de los profetas tampoco significa que su papel en el Plan de Salvación sea menos importante o relevante.
El élder Rudger Clawson, del Cuórum de los Doce Apóstoles desde 1898 hasta 1943, escribió:
“Honramos a la mujer cuando reconocemos la divinidad de su Prototipo eterno” .
“Created in Her Image” por Melissa Tshikamba
Las niñas, las jóvenes y las mujeres necesitan saber que su progreso eterno las llevará a ser la compañera de Dios que es igual de transcendental que Él, y que además diseña, crea, ama, se involucra e influye.
Si enseñamos que la Madre Celestial es importante, enseñamos también que las mujeres importan, les proporcionamos una visión clara de su destino divino.
En la conferencia general de octubre de 1989, la presidenta Elaine L. Jack, presidenta general de la Sociedad de Socorro, compartió con los Santos:
“In Her Image” por Amber Eldredge
“¿Les han dicho alguna vez que son iguales a su madre o que tienen la sonrisa de su padre o que todos en su familia tienen el mismo color de ojos?
Las características físicas que heredamos de nuestros padres son obvias. Las características espirituales que heredamos de nuestros Padres Celestiales tienen que desarrollarse.
Ustedes han nacido con todos los dones divinos que tiene Cristo; están dentro de su alma, pero ustedes mismas son las que tienen que decidir cultivarlos y desarrollarlos.
El progreso espiritual no sucede de la nada, sin que realicemos nuestros mayores esfuerzos”.
El conocimiento de la Madre Celestial nos cambia.
Si sabemos que nuestro destino es la Maternidad Celestial, eso significa que nuestras almas tienen que desarrollarse lo más que podamos. Esto implica desarrollar nuestros dones espirituales así como nuestros dones naturales.
Llegamos a honrar quienes somos como mujeres cuando reconocemos la Divinidad que hay en cada una de nosotras. Imagen: Canva
Hay una brecha entre lo que somos y el estado del alma de nuestra Madre Celestial, es la misma brecha que podemos sentir que existe entre el ser humano y Dios.
Tenemos que seguir creciendo y desarrollándonos. ¡De eso se trata toda esta vida en la tierra!
Como mujeres, podemos elegir quedarnos como estamos, sin cambiar o crecer, o podemos elegir buscar progresar en las diferentes áreas de nuestra vida.
¿Deseas tener una carrera? ¡Ponte a estudiar y hazlo!
¿Quieres tener el trabajo que siempre deseaste? ¡Prepárate para él y obtenlo!
¿Quieres servir al Señor en la misión? ¡Prepárate espiritualmente y hazlo!
Llegamos a honrar quienes somos como mujeres cuando reconocemos la Divinidad que hay en cada una de nosotras.
“In her Image” por Joy Higginson
El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, expresó:
“Nuestra teología empieza con Padres Celestiales; nuestra mayor aspiración es llegar a ser como Ellos” .
Tenemos que entender que tenemos un destino divino, que va más allá de toda comprensión. Eso significa que es necesario el desarrollo vital de nuestra alma.
Jean B. Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro de 2017 a 2022, expresó:
“¡Nuestros Padres Celestiales quieren que tengamos éxito gloriosamente!”.
Uno de los mensajes más hermosos sobre la Madre Celestial que podemos interiorizar y compartir es la realidad de Su existencia, que un día seremos como Ella y que está interesada en nutrir nuestras almas.
* Imagen de portada: “In Her Image” por Caitlin Connolly
