Jordan Ricks Hanks fue mi compañera de habitación durante mi último año en la universidad. Ella es una de las personas más optimistas y positivas del planeta. Siempre transmite amor y entusiasmo a todos los que conoce.
Sinceramente, ella y yo no nos hemos mantenido en contacto desde entonces. Pero, durante la última Navidad vi una publicación suya en Facebook, en la que anunciaba que estaba esperando su primer hijo.
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A fines de marzo, Jordan publicó una cita del élder Jeffrey R. Holland que la consoló después de enterarse de que necesitaría una sonda de alimentación durante el resto de su embarazo:
“Dios espera que tengas la suficiente fe, determinación y confianza en Él para seguir avanzando, viviendo y regocijándote.
Él no solo espera que te enfrentes al futuro.
Él espera que abraces y des forma al futuro, que lo ames, te regocijes en él y te deleites en tus oportunidades.
Dios está esperando ansiosamente la oportunidad de responder a tus oraciones y cumplir tus sueños, como siempre lo ha hecho.
Sin embargo, no puede hacer eso si no oras ni sueñas. En pocas palabras, no puede ayudarte si no crees”.
En ese momento, el tubo de alimentación no parecía estar conectado a nada increíblemente serio. Así que, me sorprendió cuando vi una publicación el 9 de abril del tío de Jordan.
En su publicación decía que a Jordan le habían diagnosticado cáncer de estómago en etapa 4. Jordan tiene 29 años y ahora se encuentra en la semana 30 de embarazo.
En ese momento no estaba preparada para lo inspirada que estaría en los próximos días por el optimismo característico de Jordan, que ha demostrado a lo largo de esta prueba.
Asimismo, me di cuenta de que el optimismo proviene de estar rodeado de personas increíbles, cuya fe se manifiesta en cada publicación en las redes sociales.
Pero, lo que más me ha impresionado ha sido cómo Jordan ha compartido sus pensamientos de su lectura reciente del Libro de Mormón y cómo ha invitado a sus amigos a unirse a ella mientras se somete a tratamientos de quimioterapia, que continuarán durante seis meses.
“¡Estoy tan emocionada de volver a leer el Libro de Mormón desde el principio y terminarlo al final de mi quimioterapia!
¡Me encantaría que aquellos que están dispuestos, se unan a mí para leer el Libro de Mormón y compartir sus pasajes favoritos conmigo!”, Jordan escribió en Facebook.
Desde entonces, ha compartido sus pensamientos sobre la lectura del Libro de Mormón todos los días.
El 13 de abril, escribió:
“Cuando llegué a casa, finalmente pude leer mis Escrituras y leer este versículo de 1 Nefi 4: 3:
‘He aquí, a vosotros os consta la certeza de esto, y también sabéis que un ángel os ha hablado; ¿cómo, pues, podéis dudar? Subamos hasta allá; el Señor puede librarnos como a nuestros padres’.
Me encantó especialmente esta escritura porque se me ha mostrado milagro tras milagro a través de esta experiencia. Entonces, ¿cómo podría dudar? No puedo”.
Luego, Jordan agregó que su propio padre superó importantes problemas de salud hace años.
“Mi padre es un milagro y el Señor lo liberó de sus aterradoras circunstancias, así que ¿por qué no a mí?”
El 17 de abril, Jordan compartió lo siguiente junto con una lámina de 1 Nefi 9: 5–6:
“Al estudiar las Escrituras hoy, leí los versículos en los que Nefi explica que no conocía el propósito de su misión.
Sin embargo, de lo que sí tenía conocimiento era de que el Señor sabía todas las cosas y que tenía el poder de cumplir todas Sus palabras porque Él preparó un camino.
Estamos en el comienzo de ese camino que el Señor ha preparado y será de arriba a abajo, pero Él estará con nosotros todo el camino.
Recuerden compartir sus Escrituras conmigo para hacer que nuestro viaje por este camino sea impulsado por la fe y lleno de más luz a medida que damos cada paso hacia adelante”.
Los amigos de Jordan respondieron a su publicación con sus propios pensamientos sobre el Libro de Mormón. Uno dijo:
“’Por lo tanto, todo el género humano se hallaba en un estado perdido y caído, y lo estaría para siempre, a menos que confiase en este Redentor’ (1 Nefi 10: 6).
Todos estamos en una especie de estado perdido y caído, ya sea que estemos luchando contra el cáncer, luchando con los niños, ahogándonos económicamente, sintiendo angustia por relaciones decepcionantes, navegando por dudas inquietantes, sea lo que sea.
Mi frase favorita en este versículo es ‘confía en este Redentor’.
Todo lo que todos queremos, en el fondo, es volver a la maravillosa paz, amor, luz y sanación de la presencia de Dios de la que venimos y que nuestros corazones espirituales recuerdan y anhelan.
Eso es lo que hace un redentor, nos trae de regreso”.
Otro amigo escribió:
“Gracias por invitarnos a unirnos a ti en la lectura del Libro de Mormón.
Esta mañana, al estudiar los mismos pasajes que he leído probablemente 100 veces en mi vida, estoy asombrado de las gemas que saltan hacia mí como nunca antes.
Me encanta que, dependiendo de dónde estemos en nuestras vidas, el Señor puede hablarnos y enseñarnos con palabras que ‘pensamos que sabíamos’, ¡pero no es así!
Siento mucho el amor del Padre Celestial cuando me muestra dónde me está yendo bien y dónde puedo mejorar”.
Al leer las publicaciones de Jordan, me asombró su inquebrantable fe y optimismo.
Descubrí un héroe en alguien que conocí hace años. Estuve pensando en su naturaleza: siempre optimista, positiva, una verdadera amante de la vida y me he preguntado si es esa misma naturaleza la que la ayudará a superar una prueba increíblemente difícil.
Sé que hay muchos que necesitan oraciones en este momento. Sin embargo, si tienes tiempo y lo consideras, quizás, también, ¿podrías ofrecer una oración por mi amiga Jordan?
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Morgan Jones y fue publicado en LDS Living con el título “Expectant mother diagnosed with stage 4 cancer invites friends to join her in Book of Mormon reading challenge”.