Mi esposa Cathy y yo estamos a punto de celebrar nuestro cuarto aniversario.
Cuando celebramos el año pasado, le comenté que una de las ventajas de ser divorciado es que no doy por sentado nuestro matrimonio.
¿La razón?
Me casé por primera vez cuando tenía 26 años, tuve un hijo 11 meses después.
Hasta cierto punto, estaba siguiendo la línea de lo que hacen los Santos de los Últimos Días estadounidenses.
Me gradué de la escuela secundaria, serví en una misión, fui a la universidad y me casé cuando estaba en la escuela de posgrado.
Ese es una especie de plan de vida que todos esperamos seguir.
Amaba a mi primera esposa y a mi familia, pero creo que esperaba que siempre estuvieran ahí para mí. Lo di demasiado por sentado.
Tal vez, pensé que lo que estaba haciendo y la forma en que vivía era simplemente normal. Pero, lo normal no es especial.
Lo normal no es especial
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Tener un matrimonio prolongado y, luego, divorciarme me hizo entender que no debemos subestimar a nuestros cónyuges e hijos.
Nuestros cónyuges SIEMPRE tienen opciones. Incluso, si te sientes realmente seguro con alguien, eso es en parte el resultado de su devoción y elección consciente de estar contigo.
Esa es una gran bendición y un alto honor. Nunca debemos darlo por sentado. Deberíamos celebrarlo todos los días y no solo en los aniversarios.
Si quieres que algo dure para siempre, trátalo diferente
El élder F. Burton Howard habló acerca de cómo su esposa cuidadosamente había ahorrado para comprar piezas de plata.
Comenzó su colección inmediatamente después de que se casaron.
Llegar a tener un set completo de solo cuatro cubiertos le tomó varios años.
Continuó recolectando piezas una a la vez.
La hermana Howard atesoró esta plata y la pulió cuidadosamente antes y después de cada uso, y eliminó cualquier deslustre. Guardó cada pieza en un bolsillo separado en su caja de cubiertos y colocó un paño limpio en el interior para protegerlos.
Solo se usaban esos cubiertos en ocasiones especiales y nunca llevó esos cubiertos a ningún otro lugar donde pudieran dañarse.
La hermana Howard se dedicó a salvaguardar esta plata contra cualquier robo o pérdida.
El élder Howard comparó la forma en que su esposa trató esta preciosa plata con el matrimonio y dio esta parábola:
“Durante años, pensé que mi esposa era un poco excéntrica. No obstante, un día me di cuenta de que sabía desde hacía mucho tiempo algo que yo apenas comenzaba a comprender.
Si quieres que algo dure para siempre, lo tratas de forma diferente. Lo proteges. Nunca lo maltratas. No lo expones a los peligros. No lo haces común u ordinario.
Si alguna vez se empaña, lo pules con amor hasta que brille como nuevo.
Se vuelve especial porque tú lo has hecho así, y se vuelve más hermoso y precioso a medida que pasa el tiempo”.
El matrimonio eterno es así. Tenemos que tratarlo de esa manera.
Vivir agradecido en toda circunstancia
Cathy y yo salimos durante gran parte de 2016 y fuimos “solo amigos” durante todo 2017.
Al final de ese año (literalmente, el último día del año) le escribí una carta y le pedí que saliera conmigo para casarnos.
No lo sabía en ese momento, pero ella estaba saliendo con dos buenos hombres, ambos con intenciones serias y estaba tratando de decidir entre ellos.
Entonces, le compliqué la vida.
Incluso con las excelentes opciones que tenía y aunque habíamos dejado de salir un año antes, Cathy me eligió a mí. No doy eso por sentado. Ella podría haber elegido a alguien más. Entonces, considero una gran bendición que ella me haya elegido.
Incluso antes de conocer a Cathy, aprendí que solo podemos disfrutar algo en la medida en que estamos agradecidos por ello.
Nuestro disfrute es directamente proporcional a nuestra gratitud.
Disfruto mucho de mi matrimonio y del amor que compartimos porque estoy profundamente agradecido por ello. Estoy agradecido por otra oportunidad de vida y felicidad en el matrimonio.
Estoy agradecido por alguien a quien amar todos los días de una manera especial. Estoy agradecido por el tipo de vida familiar que alguna vez di por sentada como “simplemente normal”.
Porque me siento abundantemente bendecido, me siento abundantemente feliz. Ese es el secreto mis amigos.
Si todavía estás soltero (o soltero de nuevo), sé agradecido por lo que tienes.
Sé feliz por los demás cuando les sucedan cosas buenas.
Sé entusiasta y acepta tu vida por sus posibilidades.
La vida no es simplemente para soportarla, es para vivirla. Entonces, arriésgate, vive aventuras, ama profundamente y vívela bien.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Jeff Teichert y fue publicado en Meridian Magazine y con el título “The Role of Gratitude in Mid-Single Life“.