mormones
Los Miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o mormones, “reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: que adoren cómo, dónde o lo que deseen”.
Partiendo de tal afirmación contenida en los Artículos de Fe, que es un compendio de creencias básicas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o La Iglesia Mormona, como inadvertidamente es reconocida en el mundo, en su Artículo número 11 se recalca la posición que desde esta organización cristiana se extiende a la diversidad religiosa existente en todo el mundo.
Todos hijos de Dios
Los mormones saben en qué creen y saben de igual manera a Quién adoran. Como conocedores de la doctrina divina y del Plan de Salvación, estos cristianos absolutamente devotos, reconocen el vínculo espiritual de todos los hombres y siendo todos hijos espirituales de Dios; todos los hombres y mujeres sobre la tierra son hermanos.
Tras la muerte, resurrección y ascensión a los cielos de Jesucristo y la muerte cada uno de Sus apóstoles, las verdades eternas se perdieron o se manipularon, perdiéndose con ello la manera correcta de efectuar las ordenanzas sagradas y el debido orden del sacerdocio, que es la autoridad y poder de Dios otorgada a los hombres para poder actuar en Su representación en la tierra.
Esta situación de oscuridad espiritual es reconocida como La Gran Apostasía y se extendió hasta la Restauración del Evangelio en 1820 y a través de José Smith. Los mormones aseguran que la verdad en su plenitud fue restaurada y que el sacerdocio nuevamente está sobre la tierra en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Sin embargo, la existencia de otras religiones, sectas o grupos religiosos indica la benevolencia del Padre Celestial en permitir a cada uno de Sus hijos elegir y convertirse en sus propios agentes. Esa libertad es un don precioso y todos tienen derecho de usarlo según su voluntad.
Los Santos de los Últimos Días promueven la libertad religiosa y defienden ese don divino en todos los espacios de la vida terrenal. Las escrituras demuestran que esa condición de libertad estaba presente en los cielos antes de la fundación del mundo, cuando todos los hijos de Dios fueron reunidos en el Gran Concilio y según el poder de elección que poseían, podían seguir a Dios y Su Plan de Salvación o seguir a Satanás en su soberbia y ambición.
En el año 2000 ya se contabilizaban más de 33 mil congregaciones cristianas en el mundo, sin contar las otras miles de religiones y sectas no cristianas que se encuentran dispersas en todo el todo el globo terráqueo, así como aquellos que no siguen ni creen en la existencia de alguna deidad. Todos conviviendo en un mismo planeta, continente, país, comunidad y calle.
Mormones y las verdades
Los mormones aseguran que las verdades que estas iglesias posean son y serán reconocidas como tales, puesto que la verdad es la verdad esté donde esté. En palabras del presidente Joseph F. Smith: “Creemos en toda la verdad, pese al asunto que se refiera. Ninguna secta o denominación religiosa del mundo posee un solo principio de verdad que no aceptemos o que rechacemos. Estamos dispuestos a recibir toda verdad, sea cual fuere la fuente de donde provenga, porque la verdad se sostendrá, la verdad perdurará”.
A los miembros de la Iglesia Restaurada, los líderes enseñan que todo miembro fiel y doctrinalmente preparado debe mostrar respeto absoluto por las actividades de otras religiones y de su forma de adoración. De hacer lo contrario, demostrarían desconocimiento del profundo significado del don del albedrío dado por el Altísimo a todos los hombres.
Amor cristiano
Por otro lado, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no edita libros, ni revistas, ni emite comunicados que vayan en contra de la fe, creencias y tradiciones de otras iglesias. El respeto y tolerancia, la convivencia y la amistad, la hermandad y el servicio son características naturales de los mormones, quienes muestran su profundo cristianismo en el amor al prójimo.
Plena libertad
En uno de los libros canónicos de La Iglesia de Jesucristo conocido como Doctrina y Convenios, en la sección 134, versículo 4, se destaca la posición inspirada por Dios mismo que debe regirse desde Su Reino en la tierra y dice que los mormones “creemos que la religión es instituida por Dios; y que los hombres son responsables ante él, y ante él sólo, por el ejercicio de ella, a no ser que sus opiniones religiosas los impulsen a infringir los derechos y libertades de los demás…”.
Esta afirmación divina continua recalcando que la libertad religiosa debe ser plena, incluso por encima de las normas establecidas por los hombres en sus sistemas de gobierno: “…pero no creemos que las leyes humanas tengan el derecho de intervenir, prescribiendo reglas de adoración para sujetar la conciencia de los hombres, ni de dictar fórmulas para la devoción pública o privada; que el magistrado civil debe restringir el crimen, pero nunca dominar la conciencia; debe castigar el delito, pero nunca suprimir la libertad del alma”.