Cuando Tupou Neiufi tenía solo 2 años, la atropellaron y el conductor se fue a la fuga.
Este accidente causó que el lado izquierdo de su cuerpo se paralizara. Además, le dejó una lesión cerebral traumática que la obligó a aprender nuevamente a sentarse, caminar y usar los brazos.
Después de años de terapia, uno de los especialistas que la atendía, le sugirió nadar como una forma de fortalecer sus músculos y coordinación.
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Esa sugerencia transformó la vida de Tupou.
Ahora, a la edad de 20 años, acaba de ganar una medalla de oro en natación para su país, Nueva Zelanda, en los 100 metros S8 de espalda.
Tupou le da crédito a su familia por ayudarla a tener éxito a lo largo de su carrera de natación.
“Solo quieren que haga mi mejor esfuerzo. Han sido un gran apoyo.
Mi familia es prácticamente mi principal inspiración porque se han sacrificado mucho por mí.
Lo mínimo que podía hacer era darlo todo en la natación”.
Asimismo, su fe ha formado gran parte de su vida y es una parte importante de su éxito.
Su madre, Lose, declaró para la Sala de Prensa de la Iglesia de Jesucristo:
“El viaje de Tupou no ha sido fácil. Ha tenido muchos altibajos en su vida. Su fe y dedicación le han permitido no solo llevar a cabo sus responsabilidades como hija de nuestro Padre Celestial, sino también salir y representarlo a Él”.
Fuente: LDS Living
