“Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna”. – Juan 5: 39
¿Has tenido días en los que es extremadamente difícil leer las Escrituras? No te preocupes, te explicaré por qué sucede esto y cómo solucionarlo. Pero, antes, ¡veamos unos datos!
VIVIMOS. EN. UN. MUNDO. CADA. VEZ. MÁS. AGITADO. Cada vez, estamos más ocupados y, por lo general, cada vez leemos menos.
La práctica de la lectura aún no está totalmente presente en las personas de todo el mundo. Prueba de ello son los datos de la encuesta Reading Portraits de Pro-Book Institute.
Solo en Brasil, el 44% de la población no lee y el 30% nunca compró un libro. Una persona lee 4.96 libros al año. De este total, 2.43 libros se terminan de leer y 2.53 libros se leen por partes.
Dentro de las cifras que se mencionaron antes, se encuentran muchos miembros de la Iglesia. Para comprender mejor lo que dicen las estadísticas, consideremos algunos puntos que disminuyen nuestro deseo de estudiar las Escrituras.
1. Horario inapropiado
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Cada persona trabaja mejor en un periodo determinado del día. Algunos son muy productivos por las mañanas, tan pronto como se levantan. Otros, son muy productivos por la noche.
Una de las razones por las que pierdes el deseo de leer las Escrituras es porque intentas hacerlo cuando te sientes más cansado e improductivo.
Consejo: Necesitas identificar el momento del día en el que tu enfoque y atención sean mejores para estudiar las Escrituras.
2. Falta de disciplina
¡Atención! Estudiar las Escrituras no es una actividad que debas hacer cuando te sobre un poco de tiempo.
Estudiar las Escrituras deber ser una parte integral de tu vida diaria. Debes ser disciplinado al seleccionar un momento del día para el estudio de las Escrituras.
Dato: Cuando seas disciplinado y estudies las Escrituras todos los días, tu deseo de leerlas aumentará.
3. No tienes el hábito
Estudiar las Escrituras es un hábito que todo miembro de la Iglesia debería tener.
Como se indicó antes, si no tienes disciplina, no crearás un hábito. De ese modo, perderás el deseo de leer las Escrituras fácilmente.
Consejo: Es necesario crear el hábito para que estudiar las Escrituras se convierta en una actividad muy natural en tu vida. ¡Será imposible que vayas a dormir, sin antes leer las Escrituras!
4. No usas el material adecuado
Este es un punto que siempre me llama la atención.
Muchos dicen que pierden el deseo de estudiar las Escrituras porque no las entienden y se desaniman. ¡La Iglesia publica incansablemente manuales de todo tipo sobre todas las obras estándar!
¿Tienes problemas para entender el Antiguo Testamento? ¿Qué tal si usas un manual del Antiguo Testamento mientras lees la Biblia?
Consejo: En el sitio web de la Iglesia puedes acceder a todos los manuales de forma gratuita. ¡Aprovecha!
5. No tienes el deseo
¿Realmente puedes decir que tienes el deseo de estudiar las Escrituras?
Nada funcionará si no tienes el deseo. Incluso si es pequeño, como una semilla de mostaza. Si no tienes el deseo de estudiar las Escrituras, nada de lo que se diga o escriba al respecto será útil.
Consejo: Ora para que nuestro Padre Celestial te ayude a tener el deseo de estudiar constantemente las Escrituras y aprender.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Inaê Leandro y fue publicado en maisfe.org con el título “O que faz com que seu desejo de ler as escrituras diminua?”