Seis años después de que se anunciara el proyecto de un himnario actualizado, durante una conferencia de prensa en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, surgió una pregunta natural: ¿por qué estaba tardando tanto?
Todo esto ocurrió durante la presentación de las primeras 13 canciones de un nuevo himnario que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días planea completar en 2026.
El élder Michael T. Ringwood, miembro del comité del himnario, explicó que evaluar 17,000 himnos originales presentados por 150 personas fue una tarea gigantesca. Además, había que lidiar con problemas de derechos de autor y la complejidad de traducir la poesía de los himnos a docenas de idiomas.
Ringwood detalló que, aunque el himnario global debe cumplir con las reglas legales de más de 180 países, muchos de los problemas de derechos de autor fueron mitigados ya que quienes presentaron nuevos himnos cedieron esos derechos a la iglesia, y muchos himnos antiguos ya no están protegidos por la ley.
Sin embargo, la traducción sigue siendo el verdadero cuello de botella. Traducir el espíritu de un poema y expresarlo en otro idioma puede ser increíblemente difícil, mucho más que traducir un discurso de la conferencia general.
Ed Krenicky, gerente de producto de la iglesia para el himnario, puso esto en perspectiva al mencionar que el himnario de 1985 tomó 37 años en ser traducido a 45 idiomas, siendo el mongol el último en recibirlo en diciembre de 2022. Comparado con eso, el nuevo proyecto es monumentalmente rápido, ya que la Primera Presidencia desafió al comité a traducirlo a 50 idiomas para 2030.
Un himnario para disléxicos
Krenicky destacó que este proyecto ha sido un testimonio de la mano de Dios en el trabajo, subrayando que el Señor vela por cada uno de sus hijos y que hubo mucho que aprender para asegurarse de que todos fueran cuidados.
Un ejemplo relevante es la fuente utilizada en el himnario de 1985, la Palatino, que resultó difícil de leer para personas con dislexia y problemas de visión a tamaños pequeños.
Por ello, especialmente diseñada para ayudar a personas con dislexia o problemas de visión a leer mejor a tamaños pequeños, con una altura X más alta para discernir mejor las letras.
Me sorprende la rapidez con la que se traducirá el nuevo himnario y también la creación de la fuente McKay Neue. Si eres hispanohablante que encuentra fácil leer un himno en francés recién agregado en tu teléfono mientras lo cantas, debes agradecerle a un traductor y a McKay Neue.
Fuente: Deseret News