La historia de las planchas de oro comienza a principios del siglo XIX con José Smith, quién restauró La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Según su relato, un ángel llamado Moroni le reveló su ubicación en 1823, cerca de su hogar en Palmyra, Nueva York. Estas planchas, hechas de oro y con inscripciones antiguas, contenían la historia religiosa de civilizaciones americanas.
La Primera Visión de José Smith en 1820 preparó el camino para sus posteriores revelaciones. En los años siguientes, relató que mensajeros celestiales lo guiaron hasta las planchas. Obtenerlas y traducirlas se convirtió en una parte esencial de su misión. Finalmente, en 1830, publicó el Libro de Mormón, cumpliendo así con el propósito divino que se le había encomendado.
El proceso de traducción

José junto a Oliver. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Para los Santos de los Últimos Días, la traducción de las planchas es un pilar fundamental de su fe. José Smith afirmó que utilizó una piedra vidente y la inspiración del Espíritu Santo para completar la obra. Aunque este método no fue convencional, destacó el carácter espiritual de la tarea y la importancia del mensaje contenido en las planchas.
Además, el Libro de Mormón menciona que los nefitas y los hebreos registraban textos sagrados en planchas de metal. Esta práctica, según el libro, refuerza la autenticidad del relato de las planchas de oro y sus inscripciones.
¿Qué pasó con las planchas?

Este evento, por lo tanto, marcó el cierre del proceso de traducción y su desaparición física. Imagen: Third Hour
Después de la traducción, José Smith aseguró que devolvió las planchas al ángel Moroni. Desde entonces, nadie ha afirmado verlas. Este evento, por lo tanto, marcó el cierre del proceso de traducción y su desaparición física.
Por otro lado, los testimonios de los Tres Testigos y los Ocho Testigos afirmaron haber visto y manipulado las planchas. Sus relatos proporcionan una confirmación colectiva de su existencia. Sin embargo, tras su devolución, dejaron de ser parte tangible de la historia.
Creencias y debates sobre las planchas

La falta de evidencia concreta, sumada a la singularidad del relato, alimenta el debate sobre su autenticidad. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Actualmente, las planchas de oro no están disponibles para el público. Según José Smith, su paradero es conocido solo por Dios. Para muchos creyentes, esta ausencia física no afecta su fe, ya que consideran que el legado de las planchas sigue vivo en las escrituras traducidas.
No obstante, los escépticos cuestionan su existencia física y proponen explicaciones alternativas basadas en el contexto religioso del siglo XIX. La falta de evidencia concreta, sumada a la singularidad del relato, alimenta el debate sobre su autenticidad.
A pesar de estas controversias, el Libro de Mormón sigue siendo una escritura central para millones de personas. Su mensaje espiritual continúa guiando sus vidas y definiendo la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Fuente: Ask Gramps