“Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces”. (Mateo 26:34)
Después de que Jesucristo instituyó la Santa Cena entre Sus discípulos, los 4 evangelios concuerdan en que Él les dijo que lo abandonarían, incluido Pedro (Mateo 26:31).
Pedro, claramente angustiado con esa declaración, dijo:
“Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré”. (Mateo 26:33)
Sin embargo, Jesús respondió diciendo que hasta el mismo Pedro lo negaría 3 veces antes del amanecer. Algunos académicos Santo de los Últimos Días cuestionan que Jesús le estuviera dando una orden a Pedro.
Eric D. Huntsman exploró ese evento conforme a lo retratado por los 4 evangelios, ofreciendo reflexiones significativas sobre lo que podría haber ocurrido en aquella lamentable noche.
Él señala que los 4 evangelios utilizan una forma del verbo arneomai, que significa “repudiar, negar o negar la asociación con alguien o algo”. Sin embargo, solo Mateo y Marcos utilizan ese verbo en tiempo futuro.
Entonces, como observa Huntsman, ese verbo es utilizado aquí en “una forma futura deponente indicativa”, lo que significa que “Jesús estaba previendo o profetizando lo que Pedro haría“.
El canto del gallo
Huntsman señala que “el contexto inmediato del pronunciamiento de Jesús parece más un aviso y no una orden”. Además, el énfasis de una declaración futura por parte de Jesús se identifica cuando menciona el canto del gallo.
“Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces”. (Lucas 22:34)
Así, Lucas y Juan parecen señalar la declaración de Jesús como un aviso y no como un mandato, dándole a Pedro una señal futura, como el canto del gallo, por el cual él podría saber que lo que Jesús le expresó era verdad.
Algo interesante es que en el relato de Lucas, él aumenta un detalle, pues antes de decirle eso a Pedro, Jesús ora por él y le habla diciendo:
“Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, fortalece a tus hermanos”. (Lucas 22:33)
Esta instrucción significa que Pedro se arrepentiría en un futuro próximo.
Al final, Pedro asiste al juicio de Jesús y lo niega 3 veces, sin embargo, el presidente Spencer W. Kimball señala un dato sumamente importante:
“Pedro nunca negó la divinidad de Cristo. Él solo negó su asociación o conocimiento de Cristo, lo que es algo muy diferente”.
Pedro predica sobre Jesús, el Nazareno
Poco después de la resurrección de Jesús, Pedro mostró su completo arrepentimiento, expresando su amor por el Salvador 3 veces (Juan 21:15-17).
Ya de regreso a Jerusalén, Pedro y Juan curan públicamente a un hombre “en nombre de Jesucristo, el Nazareno” (Hechos 3:6).
Por eso, Pedro y Juan fueron llevados ante el Sanedrín, donde testificaron valientemente de Cristo, resistieron los dolores de la prisión y fueron liberados (Hechos 4). Después, ellos nunca más dudaron en testificar abierta e inequívocamente de la resurrección del Señor Jesucristo.
El presidente Kimball dio la siguiente observación sobre el carácter de Pedro con respecto a dicho incidente:
“No pretendo saber cuáles fueron las verdaderas intenciones de Pedro ni lo que lo llevó a decir lo que dijo en aquella terrible noche. Pero, considerando su comprobada valentía, coraje, gran devoción y amor ilimitado por el Maestro, ¿no podríamos darle el beneficio de la duda y perdonarlo, así como su Salvador parece haberlo hecho completamente?”
La razón de Pedro
Tal vez nunca sepamos todos los detalles de la terrible noche en la que Jesús fue juzgado y condenado a muerte, y tampoco todos los peligros a los que se enfrentaron los discípulos de Jesús, pero sí sabemos el profundo amor que Jesús y Pedro tenían entre sí.
El presidente Kimball declaró:
“La fe de Pedro y el poder del sacerdocio no pueden ser negados. Él era un hombre de fe; él curaba a los enfermos cuando su sombra pasaba por ellos. Las paredes de la prisión no lo retenían. Por causa de él, los muertos regresaron a la vida. Él anduvo por las aguas.
Tal vez la mayor lección extraída de las historia sobre la negación, es que Pedro, así como todos nosotros, cometía errores, pero por medio de Jesucristo él pudo ser totalmente redimido y capaz de servirlo fielmente”.
La meta: Ser testigos de Cristo
Al igual que Pedro, podemos ganar confianza al enfrentar nuestras propias batallas personales y siendo fieles a las promesas que hicimos en nuestro bautismo:
“[Siendo] testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte”. (Mosíah 18:9)
De esta experiencia, Pedro aprendió que ser cauteloso o intentar pasar desapercibido como seguidor de Cristo no era una opción.
Así como Pedro se volvió un poderoso testigo de Cristo por el resto de su vida, nosotros podemos serlo en todas las circunstancias.
Al igual que Pedro, podemos confiar siempre en el amor y la expiación de Jesucristo.
*Foto de portada: “Peter’s Denial” de Carl Bloch
Fuente: Mais Fe