Nota del editor: Este artículo recoge los emotivos y reflexivos comentarios del presidente Henry B. Eyring durante la inauguración del nuevo complejo de ciencias aplicadas en la Universidad de Utah, resaltando cómo la educación, la ciencia y la fe pueden converger para bendecir a futuras generaciones.
Donde la ciencia y la fe se encuentran: el presidente Eyring vuelve a su alma mater
El 16 de julio, en una ceremonia cargada de gratitud y visión, el presidente Henry B. Eyring —segundo consejero de la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días— regresó al campus de la Universidad de Utah. Allí compartió su testimonio sobre el poder transformador de la educación científica… y de cómo esa preparación puede tocar vidas y naciones.
El evento celebró la culminación del Applied Science Project, que dio vida a un moderno complejo de ciencias que une tres instalaciones clave: el nuevo edificio L.S. Skaggs, el renovado William Stewart y el centro de ciencias Crocker.
“Mi padre tenía razón”: el consejo de un científico creyente
Recordando a su padre —el renombrado químico Henry Eyring— el presidente Eyring relató que fue él quien le animó a estudiar ciencias físicas.
“Me dijo que necesitaría esa base para ser eficaz en un mundo que cambia rápidamente”.
Y tenía razón. Solo dos semanas después de graduarse en física, el joven Henry fue asignado como teniente segundo del proyecto militar de armas especiales de EE. UU.
“Me di cuenta de que podía resolver problemas que afectaban la vida de personas y naciones… y todo comenzó aquí, en esta universidad”.
Un lugar donde los sueños se hacen ciencia
Durante la ceremonia, líderes estatales, universitarios y filántropos se unieron para cortar el listón del nuevo complejo. El gobernador de Utah, Spencer Cox, destacó cómo los valores de la ciencia —colaboración, creatividad, búsqueda de la verdad— reflejan la cultura de servicio de Utah.
Gary Crocker, presidente de Crocker Ventures, elogió el papel de La Iglesia de Jesucristo en la comunidad y la influencia global del legado Eyring.
“Este nuevo edificio influirá en la vida de decenas de miles de estudiantes. Aquí comenzarán médicos, científicos, astrónomos y hasta farmacéuticos”.
Fe, educación y generosidad: el mensaje del presidente Eyring
Para el presidente Eyring, este edificio no es solo una obra física. Es una oportunidad espiritual. Agradeció a los maestros que fortalecieron su confianza en que el mundo tiene orden, propósito y belleza.
“Mi esperanza es que quienes estudien aquí sigan su ejemplo: usar sus talentos y recursos para levantar y bendecir a otros”.
También reconoció que la ciencia ha moldeado profundamente su experiencia personal, profesional y religiosa, y que es posible —y deseable— unir la búsqueda del conocimiento con los principios del Evangelio.
Una universidad con raíces de fe
El presidente de la Universidad de Utah, Taylor Randall, recordó que la institución fue moldeada en sus inicios por líderes de fe como W. W. Phelps, Orson Pratt y Henry Eyring (padre), quienes ayudaron a establecer el prestigio científico del campus.
“Este es un lugar donde los sueños suceden”, dijo Randall. “Y muchos de esos sueños comienzan con la ciencia”.
Un legado que inspira a servir
El testimonio del presidente Eyring y su regreso al lugar donde empezó su viaje profesional es un recordatorio poderoso: el conocimiento, cuando se cultiva con propósito y se vive con fe, puede cambiar el mundo.
La Universidad de Utah ahora cuenta con un centro que no solo forma científicos, sino también soñadores, líderes y servidores.
Y gracias a la visión de muchos —incluido un joven Henry Eyring con un título en física y un corazón dispuesto a servir— ese legado continuará.
Fuente: Church News
