En un artículo publicado en la revista Liahona de septiembre de 2024, el presidente Jeffrey R. Holland, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, abordó la importancia del gárment del templo.
Este artículo, titulado “El gárment del santo sacerdocio”, subraya el gárment como un recordatorio físico y sagrado de los convenios que los miembros hacen con Dios, además de ser un símbolo del Salvador mismo.
Un símbolo del Señor Jesucristo
El presidente Holland expresó que el gárment no solo es un recordatorio de los convenios, las promesas que hacemos con Dios, sino que también es un símbolo del Salvador.
“Como parte de la investidura del templo, se nos ha dado un sagrado recordatorio físico de nuestros convenios: un símbolo del Salvador mismo“.
A diferencia de otros símbolos religiosos, como el bautismo o la Santa Cena, que se realizan con menor frecuencia, el gárment es un recordatorio diario y un símbolo que acompaña a los miembros investidos en todo momento, reforzando su compromiso con Jesucristo.
“Al igual que con las túnicas de pieles de entonces y varias prendas de vestir desde entonces, Él en Su misericordia ha… vestido a los obedientes con un ‘manto de justicia’, un recordatorio de nuestras promesas y convenios”.
Respuestas a preguntas sobre el uso del gárment
El presidente Holland también aborda las preguntas comunes que los miembros pueden tener respecto al uso del gárment.
Reconoce que muchos buscan orientación específica sobre cuándo y cómo usar el gárment, especialmente en situaciones que involucran empleo, ejercicio, clima, higiene o problemas médicos.
Aunque algunas respuestas pueden encontrarse en recursos como la sección 38.5 del Manual General o en el sitio web de templos de la Iglesia, el presidente Holland recalca la importancia de buscar guía divina a través de la oración y el Espíritu Santo.
No obstante, advierte que tal inspiración no debe justificar desviarse de las instrucciones dadas en el templo o del consejo profético recibido.
“Por favor no me malinterpreten. Al buscar la guía divina, el Espíritu no los inspirará a hacer nada diferente de seguir la instrucción recibida en el templo y el consejo profético que compartió la Primera Presidencia…
Un Padre amoroso no los ayudará a justificar que hagan menos de lo que puedan para alinearse con Sus normas de devoción y modestia que los bendecirán ahora y para siempre”.
La promesa de la ayuda de los cielos
Al concluir su mensaje, el presidente Holland reafirma su confianza en la guía de un Dios amoroso, quien busca el éxito y la bendición de cada uno de Sus hijos.
Aunque no todas las preguntas pueden tener respuestas inmediatas o completas, el presidente Holland promete que, al guardar los convenios sagrados, los miembros recibirán la ayuda y bendiciones divinas en formas que ahora no pueden imaginar.
“Como apóstol del Señor Jesucristo, prometerles la ayuda de un Dios amoroso que procura cada uno de sus éxitos y bendiciones, de maneras que ahora no pueden imaginar ni prever, conforme guarden los convenios que han hecho con Él”.