A medida que celebremos el cumpleaños N.° 100 del presidente Russell M. Nelson, hoy 9 de septiembre, su familia, seres queridos, amigos y Santos de los Últimos Días alrededor del mundo reflexionan sobre su extraordinaria vida y el legado notable que ha dejado.
Desde sus días como pionero cirujano cardíaco hasta su actual papel como el decimoséptimo presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Nelson ha demostrado constantemente un profundo compromiso con el servicio, la educación y la fe.
Un legado de aprendizaje y servicio
La familia y amigos del presidente Nelson recuerdan su insaciable apetito por el conocimiento. Su hija, Marsha Workman, lo recuerda las canciones, juegos y enseñanzas que recibió junto a sus hermanos durante los viajes que realizaban en familia, una práctica que sentó las bases para su amor de por vida por el aprendizaje.
“Aprendimos el origen latino de las palabras, los prefijos y sufijos, y cómo las palabras en inglés llegaron a ser lo que son hoy en día basadas en sus raíces latinas… Siempre estaba expandiendo nuestros horizontes”.
Esta curiosidad intelectual en el presidente Nelson ha impulsado sus logros académicos, llevándolo a obtener su grados académicos en medicina en la Universidad de Utah y, finalmente, hacia su distinguida carrera como cirujano cardíaco.
Más allá de sus logros profesionales, el legado del presidente Nelson está marcado por su inquebrantable dedicación a la Iglesia.
Los miembros de su familia han compartido conmovedoras historias de su amor por su familia, su optimismo frente a los desafíos y su fe inquebrantable.
Su hija, Laurie Marsh, recuerda el profundo impacto de presenciar la reacción de sus padres ante el nacimiento de su quinto hijo, un momento que subrayó su profundo aprecio por el milagro de la vida.
Sus padres “sostuvieron al bebé y lloraron”, el nacimiento de su bebé para ellos fue especial, “es un milagro, un regalo del Padre Celestial y lo reconocieron de inmediato”.
Un líder visionario
Como líder de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Nelson ha introducido cambios e iniciativas significativas.
Su énfasis en la importancia de la revelación personal y la construcción de nuevos templos ha resonado en millones de miembros en todo el mundo.
Gloria Irion, otra hija del presidente Nelson, compartió una conmovedora anécdota de la humildad de su padre, ya que desvió los elogios por sus logros y los atribuyó a la guía divina.
“Su padre respondió: ‘Bueno, solo sé cómo seguir instrucciones’. Él desvió ese elogio y lo puso donde corresponde”, expresó Gloria.
Russell Nelson, el hijo menor del profeta, dijo que desde niño aprendió de su padre que la Iglesia de Jesucristo es más que “un edificio en la calle”.
El impacto del presidente Nelson se extiende más allá de la Iglesia. Su trabajo en el campo de la cirugía cardíaca ha dejado un legado duradero en el campo médico.
Su dedicación a la educación y el aprendizaje ha inspirado a innumerables personas a alcanzar sus propios logros.
Por ejemplo, Dr. Craig Selzman, quien ocupa una cátedra presidencial de cirugía cardiotorácica en esa universidad, se vio beneficiado con la donación de los diarios médicos a la Universidad de Utah del profeta.
Selzman destacó el carácter de Nelson, su memoria fotográfica y su pasión continua por la medicina, incluso en su edad avanzada.
“Cada vez que empiezas a hablar de [medicina] con él, le viene un brillo en los ojos… Es increíble ver lo entusiasmado que se pone al hablar de estos temas”, dijo Selzman.
El historiador Richard E. Turley Jr., quien ha trabajado con el presidente Russell M. Nelson durante décadas, lo describió como alguien que “no solo dice, sino que hace”.
Uno de las primeras acciones del presidente Nelson después de ser sostenido como presidente de la Iglesia fue emprender un ministerio global, visitando ocho ciudades en 11 días en Europa, África, Asia y Hawái.
Turley, que lo acompañó en ese viaje, destacó cómo el presidente Nelson logró conectarse con personas de diversas culturas y orígenes, expresando un profundo amor a través de sus mensajes.
A medida que el presidente Nelson ingresa en su centésimo año, su vida sirve como testimonio del poder de la fe, el servicio y la búsqueda de conocimiento de por vida. Su legado continuará inspirando a las generaciones venideras.
Fuente: Church News
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