El mundo que rodeaba a Jesús estaba en caos…
Satanás constantemente quería tentarlo. El imperio romano vigilaba cada uno de sus movimientos.
La gente dudaba de Él.
Las personas a su alrededor siempre lo juzgaban.
Los fariseos le ponían trampas.
Buscaban la manera de poder matarlo.
Jesús tuvo muchos problemas, ¡DEMASIADOS!
¿Pero sabes cuál fue la diferencia?
Aunque el mundo que lo rodeaba era un completo desastre, su mundo interior estaba lleno de paz.
Jesús NUNCA dejó de fijar su mirada en lo eterno, SIEMPRE decidía buscar al PADRE.
Por muy difícil que sea tu día a día, fija tu mirada en lo eterno, es el único lugar donde encontrarás paz y sabrás enfrentar el caos que te rodea.
No pierdas la FE en Él.
“Si tenemos fe en Jesucristo, los tiempos más difíciles de la vida, así como los más fáciles, pueden ser una bendición”. – Henry B. Eyring
Fuente: Joyful In God