Las impresiones del Espíritu Santo son muy personales y únicas.
Recibir una comunicación clara de los cielos será diferente para todos nosotros tanto en la manifestación como en el momento.
Sin embargo, los principios rectores de nuestros amorosos Padres Celestiales podrán ayudarnos a saber cuándo estamos recibiendo la influencia del poder del Espíritu Santo.
Cómo sentimos el Espíritu Santo
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Como tercer miembro de la Trinidad, al Espíritu Santo se le ha dado la responsabilidad específica de testificar de la verdad y actuar como compañero y guía.
En el Diccionario de la Biblia, aprendemos que todos los hijos de Dios pueden recibir la influencia del poder del Espíritu Santo, mientras que aquellos que han hecho convenios mediante ordenanzas tienen el don del Espíritu Santo.
Entonces, ¿cómo se manifiesta la guía del Espíritu en nuestro día a día?
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Las Escrituras mencionan muchas maneras en que el Espíritu Santo podría manifestarse en nuestra vida:
• Sentir gozo (Mosíah 4:3)
• Paz de conciencia (Mosíah 4:3)
• Consuelo (Hechos 9:31)
• Llenarnos de esperanza y amor perfectos (Moroni 8:26)
• Capacidad para profetizar (Números 11:25)
• Sentirse santificado (Romanos 15:16)
• Recibir la confirmación de la verdad (3 Nefi 11:36)
• Tener la mente iluminada (Doctrina y Convenios 6:15)
• Ardor en el pecho, sentir que algo está bien (Doctrina y Convenios 9:8)
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Estas son solo algunas de las descripciones de sentir el Espíritu que podemos encontrar en las Escrituras.
Hoy en día, muchos dirían que tienen la sensación física de hormigueo, calor o fuego para describir una comunicación clara del Espíritu. Algunos sienten un ardor en el pecho y un impulso para actuar. Otros se sienten tranquilos y en paz.
Es importante que nos esforcemos por aprender cómo el Espíritu Santo se comunica con nosotros.
El Espíritu nos invita a hacer el bien
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Una de mis escrituras favoritas sobre cómo tener confianza en nuestras impresiones y revelaciones proviene del Libro de Mormón. En Moroni 7:13, Moroni nos enseña:
“Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce a hacer lo bueno continuamente; de manera que todo aquello que invita e induce a hacer lo bueno, y a amar a Dios y a servirle, es inspirado por Dios”.
Cuando sientas la impresión de hacer algo, pregúntate si eso se alinea con los principios buenos y verdaderos. Si tu decisión te lleva a servir a Dios y amar a los demás, puedes tener la confianza de que es de Dios. El Espíritu Santo te invitará a vivir la verdad y permanecer dentro de la seguridad de tus convenios.
Es importante que recuerdes esto en los momentos en los que no tengas una respuesta clara.
Si no hemos recibido una respuesta directa del Señor. Sin embargo, la respuesta nos invita a hacer el bien, podemos seguir adelante sabiendo que estamos dentro de los límites que el Señor ha puesto para nuestra vida.
Unificar nuestros pensamientos con Cristo
Fuente: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Cuando Pablo escribió a los filipenses, les dijo que fueran unidos, humildes y llenos de amor. Luego, dijo algo muy interesante: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”.
Uno de los propósitos de esta vida es llegar a ser más como nuestro Salvador. En lugar de sentir temor y preocupación porque no estamos experimentando el Espíritu de la manera que podríamos esperar, deberíamos estar entusiasmados con la oportunidad de unificar nuestra voluntad con la de Dios, de tener una mentalidad afín a la de Cristo.
Si Dios sabe que tomarás la decisión correcta y elegirás lo que Cristo desea que elijas, no debes enfocarte tanto en si el pensamiento proviene de ti o del Espíritu Santo. En última instancia, Él quiere que seamos capaces de actuar en rectitud, por nuestra propia voluntad.
Una voz de advertencia
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Ninguno de nosotros será perfecto al seguir las impresiones y las instrucciones del Espíritu Santo.
Tendremos que lidiar con nuestros propios pensamientos y deseos. Sin embargo, se nos ha prometido que, si hacemos todo lo posible por permanecer humildes y dignos, el Señor nos advertirá si comenzamos a tomar un camino peligroso.
En definitiva, aprender a ser dignos y dirigidos por Dios es una de las grandes pruebas de la vida. Se nos dará mucha gracia a medida que sigamos en este viaje terrenal.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en LDS Daily con el título “Gospel Q&A: How Do I Tell If It’s the Holy Ghost or Just Me?”
