En conmemoración a la increíble mujer que fue la hermana Patricia Terry Holland, aquí te comparto 5 cosas que siempre recordaremos de ella.
1. Sus palabras de sabiduría
Recordaremos sus palabras de sabiduría. Créditos: Mengshin Lin, Deseret News
La hermana Holland compartió a lo largo de su vida distintos discursos inspiradores con grandes enseñanzas sobre el evangelio y su vida personal.
En una experiencia, luego de llevar a su bebé en su vientre durante 6 meses, la hermana Holland perdió a su hijo, un ser muy anhelado por ella y su esposo. Patricia se sintió desamparada y con el corazón totalmente destrozado.
Después de experiencias inesperadas, largas noches de dolor y búsqueda de consuelo en las Escrituras, encontró los versículos de 1 Pedro 3:1-4 que tocaron su corazón. En sus palabras, después de analizar el verdadero mensaje de Pedro sobre las palabras “someter”, “estar sujeto” y “obedecer”, dijo:
“[Debemos ser lo] suficientemente inteligentes como para apaciguar nuestras almas, a fin de tener una calma interior, nuestra mente y nuestro corazón en un estado de paz…
Si buscamos las palabras “estar sujeta”, “sumisión” u “obediencia” en un buen significado, encontraremos sinónimos como paciente, humilde, suavidad, mansedumbre. Esas palabras resaltan el discipulado de Cristo.
Las mujeres tienen una invitación especial para demostrar estas virtudes y reclamar sus bendiciones especiales”.
2. Su reconocimiento en el Servicio Público Distinguido de BYU
Recordaremos su entrega para la Iglesia del Señor. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El 5 de noviembre de 2021, la hermana Patricia Holland recibió el Premio al Servicio Público Distinguido de la Herencia Dixie de la Sociedad de Gestión Administrativa de Brigham Young University.
En este evento, la hermana Patricia Holland, acompañada de su esposo, el élder Jeffrey R. Holland, quien no dudó en compartir lo siguiente:
“Pat es una persona excepcionalmente, sensible y empática… Vive cerca del Espíritu Santo… Es honesta, modesta y valora enormemente a su familia… Estar a su lado es uno de los mayores privilegios de mi vida… Dondequiera que ella estuviese, allí estaba el paraíso”.
3. Su servicio abnegado
Recordaremos su servicio abnegado. Créditos: Keith Johnson, Deseret News
La hermana Holland dedicó su vida al servicio de la Iglesia y de sus semejantes. En cuatro ocasiones, se le llamó a servir como presidenta de la Sociedad de Socorro. Asimismo, sirvió en llamamientos para la organización de la Primaria y las Mujeres Jóvenes.
En 1984, mientras su esposo, el élder Holland, servía como presidente de Brigham Young University, a la hermana Patricia se le llamó como primera consejera en la presidencia general de las Mujeres Jóvenes. A pesar de sus otras ocupaciones, ella se desempeñó con mansedumbre y oración.
A lo largo de sus años de servicio en la Iglesia, la hermana Patricia se enfocó en todas las mujeres Santos de los Últimos Días sin importar su edad, recordándoles sus contribuciones y responsabilidades como discípulas del Señor.
En uno de sus discursos expresó:
“Debemos estudiar y prepararnos lo suficiente para decirle claramente al mundo que no nos disculpamos por fortalecer el hogar, sino que procuramos alcanzar las más altas prioridades, a nivel personal, social y teológico. Destacaremos. Debemos ser una luz en el monte para enseñar claramente la verdad sobre nuestras prioridades y privilegios como mujeres en la Iglesia”.
4. Su gran fe en el evangelio
Recordaremos su gran fe en el evangelio. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
En 2014, a la hermana Holland le dio un resfriado, se fue a dormir y cuando despertó, no podía respirar. De inmediato, su familia la llevó de emergencia al hospital y le detectaron neumonía.
La hermana Holland estuvo meses en cuidados intensivos luchando por su vida y aferrándose a su fe. Dormía con las escrituras a su lado.
Un día, el doctor trasladó las Escrituras de su cama a un estante en la habitación y ella recitó las palabras reconfortantes del pasaje en Salmos 37: “Confía en Jehová… Guarda silencio ante Jehová, y espera con paciencia en él”.
Cuando comenzó a mejorar, sólo deseaba tener el Libro de Mormón cerca de ella:
“Solo deseaba tener el Libro de Mormón en mis manos, sosteniéndolo, y cuando dormía, quería que estuviera debajo de mi almohada. Con los médicos diciéndonos que no había probabilidades de que me salvara… Sabía que si vivía, sería debido a las bendiciones del verdadero evangelio que enseña El Libro de Mormón”.
Debido a su gran fe, determinación y cuidado de su familia, la hermana Holland se recuperó.
5. Su fortaleza por seguir adelante
Recordaremos su fortaleza por seguir adelante. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
A pesar de la falta de dinero, la pareja se mudó a Brigham Young University. Una noche, el élder Holland preguntó si debían regresar, pero la hermana Holland insistió en quedarse y enfrentar el futuro con fe.
Mientras que sus amigos elegían carreras como derecho, medicina u odontología, el élder Holland optó por enseñar en el Sistema Educativo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos Últimos Días.
Su esposa lo apoyó incondicionalmente en su meta por obtener sus títulos de maestría y doctorado en filosofía en Yale University.
En una ocasión, el élder Holland expresó:
“Su fe siempre ha sido muy pura, poderosa y fuerte… Es una persona muy caritativa. Ha dado y dado y dado de su tiempo y su amor durante toda su vida”.
*Imagen de portada: Nick Adams, Deseret News
