Como estudiante de psicología, he aprendido acerca de las personalidades. Todos recibimos y procesamos información de manera diferente. Esto se puede relacionar a la manera que sentimos el Espíritu Santo.
Siempre me he preguntado, ¿cómo puedo reconocer su voz en mi vida?
Aprender a reconocer el Espíritu
Cuando era joven, pensaba que el Espíritu solo hablaba con una voz apacible y que pocos tenían la oportunidad de escuchar esa voz.
Al conocer a los misioneros, acepté su invitación de orar al Padre Celestial y reconocer la verdad del Evangelio.
Esperaba escuchar esa voz apacible, sin embargo, esto no sucedió.
Sabía que el mensaje era verdadero, pero no deseaba bautizarme porque no había escuchado la voz del Espíritu.
Toda mi familia empezó a bautizarse y testificar del Evangelio restaurado, sentí que había algo que no estaba haciendo bien debido a que el Padre Celestial no me estaba “hablando”.
Cuando visité el templo por primera vez, tuve la fuerte impresión de que era la Casa del Señor y debía prepararme para entrar un día a ese lugar.
Al leer el Libro de Mormón con los misioneros, sentí una certeza profunda de que lo que leíamos era verdad.
Les dije lo que estaba sintiendo y me comentaron que eso era el Espíritu Santo.
Ese mismo día acepté bautizarme.
La presencia del Espíritu en mi vida
A menudo, tengo dificultades para sentir el Espíritu o saber qué es lo que me quiere comunicar, pero con ayuda al Padre Celestial, puedo reconocer Sus impresiones aun cuando sea de manera diferente.
A pesar de que el Espíritu no habla conmigo con esa voz apacible, lo he sentido a través d sentimientos, ya sea en las reuniones dominicales o experiencias personales.
Sé que debo esforzarme por reconocer el Espíritu y recordar que Dios me conoce y habla conmigo.
Si somos dignos de su compañía, mediante la fe en Jesucristo, podremos reconocer su voz y seguir Su guía.
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