Justiniano Anibal Ulloa, un miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de 101 años que vive en Ontario, Canadá, nació durante la pandemia de gripe española en 1918 y recientemente sobrevivió al mortal coronavirus.
El 4 de abril, con insuficiencia pulmonar y una tos grave, Justiniano fue llevado al hospital y dio positivo en la prueba de COVID-19.
Los médicos pensaron que no sobreviviría y pidieron que nadie lo visitara en el hospital. Más tarde, su familia recibió el permiso para llevarlo a casa y cuidarlo ahí, lo que le permitió recibir llamadas de su familia inmediata y extensa en Canadá, Ecuador y Estados Unidos.
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Su hijo, Marcelo Ulloa, le dio a Justiniano una bendición del sacerdocio mientras que su familia y amigos ayunaron y oraron por su recuperación. Justiniano mejoró durante la semana que concluyó el Viernes Santo, 10 de abril, el mismo día del ayuno mundial al que el Presidente Nelson invitó a unirse a las personas de todas las religiones y creencias del mundo.
Marcelo dijo, “El médico de papá se sorprendió de que [papá] estuviera vivo y no necesitara oxígeno. No es nada menos que el poder de Dios que lo mantiene con vida de esta manera tan milagrosa. [Esta experiencia] es definitivamente una de las formas en que el Padre Celestial demuestra Su gran poder y misericordia al responder nuestras oraciones colectivas”.
Los Santos de los Últimos Días creen que el ayuno combinado con la oración sincera puede brindar fortaleza espiritual, cercanía a Dios y preparación para recibir Sus bendiciones. Millones de personas participaron del ayuno mundial del 10 de abril, oraron para que se pudiera controlar la pandemia, se protegiera a los profesionales de la salud, se fortaleciera la economía y se normalizara la vida.
Justiniano y su familia creen que su fidelidad al código de salud de la Iglesia, a menudo referido como “la Palabra de Sabiduría” (Doctrina y Convenios 89), también contribuyó a su recuperación.
Las disposiciones del código de salud incluyen abstenerse de tomar bebidas alcohólicas, fumar, masticar tabaco y “bebidas calientes”, que se cree que se refieren específicamente al té y café. Se recomiendan específicamente las “hierbas saludables”, junto con frutas y granos. La carne se debe usar “con moderación”. La Iglesia también interpreta el uso indebido de drogas, ilegales, legales, recetadas o controladas, como una violación del código de salud.
Los hijos de Justiniano se turnaron para cuidarlo, una semana a la vez. Cuando su hijo Pablo contrajo el virus y estuvo enfermo durante algunas semanas, Justiniano a menudo preguntaba por el bienestar de Pablo en lugar de preocuparse por el suyo.
Acerca de la recuperación de Justiniano, Marcelo agregó, “Nuestra familia se siente muy agradecida por todas las oraciones y el ayuno de tantos en nombre de mi padre y nuestra familia”.
Justiniano Aníbal Ulloa y su esposa, Celinda Calderón, se unieron a la Iglesia en 1971 en Ecuador, donde fue oficial de la policía nacional. Pronto fue llamado como presidente de la rama local de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sirvió durante casi dos años. Luego, él y Celinda inmigraron a Canadá con sus siete hijos. Dedicó su vida a servir a su familia y a los demás. Finalmente, sirvió como patriarca en español de la Estaca Toronto, Ontario, durante casi 22 años, hasta los 91 años.
Justiniano vive por sí mismo, y con la ayuda de su familia y los profesionales de la salud. Tiene 24 nietos y 19 bisnietos. Es el mayor de 9 hermanos, la mayoría de los cuales aún vive.
Fuente: Newsroom Canadá