Romildo Silva, un Santo de los Últimos Días de Perú, muy pronto tendrá la oportunidad de ser parte de una aventura que pocos pueden imaginar.
Representando a su nación en el Congreso Internacional de Astronáutica en Milán, Italia, uno de los eventos más prestigiosos del mundo, Romildo no solo compartirá parte de su investigación, sino que también participará de la Misión Aurora, donde recibirá entrenamiento como astronauta análogo.
Su pasión por la ciencia y su gran fe lo han llevado a este punto crucial de su vida.
Desde pequeño, Romildo se preguntaba sobre el origen del universo y el lugar que ocupaba el ser humano dentro del mismo. Estas interrogantes lo llevaron a estudiar filosofía y, posteriormente, matemáticas.
Fue en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde descubrió su verdadera vocación: la exploración espacial.
Gracias a su dedicación y talento, ha logrado destacar en diversos proyectos nacionales e internacionales relacionados con la astronáutica.
Un experiencia inolvidable
En el Congreso Internacional de Astronáutica, Romildo presentará un innovador sistema de transporte aéreo personal para astronautas en Marte.
Su proyecto, seleccionado entre cientos de propuestas, demuestra su capacidad para pensar de manera creativa y solucionar problemas complejos.
Tras su participación en el congreso, viajará a Polonia para iniciar su entrenamiento como astronauta análogo en la Misión Aurora, en el Analog Astronaut Training Center, donde asumirá el rol de Científico de Tripulación.
Esta experiencia única le permitirá adquirir las habilidades necesarias para explorar el espacio y contribuir al avance de la ciencia.
Una combinación perfecta
A pesar de sus logros, Romildo mantiene los pies en la tierra. Como un ferviente creyente, encuentra en su fe la fuerza y la motivación para alcanzar sus metas.
“Dios me ha ayudado a entender el universo desde una perspectiva científica”, afirmó.
Para él, la ciencia y la religión no son opuestas, sino complementarias. A través de la ciencia, busca comprender mejor el universo creado por Dios.
Romildo compartió:
“La ciencia y la fe no están en conflicto; al contrario, se complementan. A través del Espíritu Santo, Dios me ha ayudado a comprender el universo desde una posición científica”.
La historia de Romildo Silva puede inspirar a muchos otros jóvenes en todo el mundo.
Su pasión por la ciencia, su compromiso con su fe y su deseo de servir a su país lo convierten en un modelo a seguir.
Fuente: noticias.laiglesiadejesucristo.org
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