El domingo 22 de julio, se le dio la bienvenida a Rick Draney, un tenista Santo de los Últimos Días, de California, EE. UU., al Salón de la Fama del Tenis Internacional.
Draney es el primer tenista en silla de ruedas en la categoría Quad en formar parte del salón.
Draney comenzó a jugar tenis en silla de ruedas profesionalmente en 1984. Desde entonces, ha ganado 12 títulos individuales y seis dobles en el nivel Super Series.
El campeón de tenis ha competido en la categoría Quad, una división de tenis en silla de ruedas para personas con discapacidad en uno o ambos brazos además de una o ambas piernas.
En noviembre de 2022, Draney fue nominado para formar parte del Salón de la Fama y, a principios de 2023, fue seleccionado.
“Estoy orgulloso de lo que he podido hacer con los dones, talentos, bendiciones, habilidades y capacidades que Dios me dio para lograr grandes cosas. Pero, sé de dónde vienen todas las bendiciones. Sé de dónde vienen las cosas buenas de la vida y me siento agradecido de tener una perspectiva de que son esas cosas las que me ayudan a hacer lo que puedo hacer”, dijo Draney.
El accidente de Draney y la ayuda de Dios en su vida
En 1981, solo tres semanas antes de comenzar su servicio misional para la Iglesia de Jesucristo, Draney, de 19 años, resultó gravemente herido en un accidente automovilístico.
Se dañó la médula espinal, sus piernas quedaron sin movimiento y sus manos resultaron con movilidad limitada.
“Eso cambió un poco la dinámica, la dirección y el enfoque de mi vida. Pero, fue algo que comenzó a enseñarme lecciones valiosas sobre el amor y el servicio cristianos”, expresó.
Sin saber qué rumbo tomaría su vida, Draney decidió continuar su educación en Saddleback College. Un día, un compañero de clase, que también usaba silla de ruedas, lo invitó a una clase de tenis en el campus.
“Lo descarté por un tiempo porque todavía estaba tratando de resolver las cosas del día a día. No estaba listo para comenzar a pensar en otras actividades, opciones y posibilidades, pero tuve la curiosidad de intentarlo”, dijo Draney.
Más adelante, Draney que anteriormente en su vida había practicado deportes, decidió jugar tenis en silla de ruedas por diversión. Sin embargo, en el otoño de 1984, se enteró de un torneo de tenis en Fresno, California, en la categoría de Quad. Entró y ganó su primer torneo.
Luego, ingresó al Campeonato Abierto de Silla de Ruedas de EE.UU. en Irvine, California, y aunque perdió en la final, su derrota lo animó a seguir intentándolo.
En las décadas que siguieron, Draney obtuvo una gran cantidad de premios en todo el mundo, incluidas medallas de oro en los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville de 1993 y el Festival Olímpico de EE. UU. de 1995. Incluso ganó una medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 con el equipo de rugby en silla de ruedas de EE. UU.
Draney no solo consiguió reconocimientos como atleta, también hizo contribuciones a la división de Quad de tenis a pesar de los desafíos.
“Hay muchas cosas en las que necesitamos ayuda, ya sea de familiares, amigos o, mayormente, de nuestro Padre Celestial y el Salvador”.
La capacidad de seguir adelante a pesar de las pruebas “viene de nuestro interior”, dijo Draney. “Y lo que viene de nuestro interior, viene de nuestro Padre Celestial y el Salvador”.
La fe y la convicción nos dan “el deseo y la fuerza para decir: ‘Bueno, independientemente de mis circunstancias, si el Salvador pudo hacer lo que hizo por mí, entonces también debería poder tratar de hacer un poco por mí mismo. Y si puedo hacer eso, entonces tal vez también pueda hacer algo por alguien más en el camino’”, dijo Draney.
*Portada: Imagen de ITHF, Ben Solomon.
Fuente: Church News