¿Sabías que el primer templo de esta dispensación, el Templo de Kirtland, se dedicó el 27 de marzo de 1836, hace 183 años?
Con ello en mente y el anuncio de que todos los templos estarán cerrados temporalmente debido al COVID-19, mencionaremos algunas cosas que aprendimos de otro tiempo en la historia en el que la vida era incierta y la adoración en el templo no siempre fue una opción. ¡Veamos!
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1. La obra del templo no debe detenerse porque los templos no se encuentren operativos
¿Sabías que no se hacían muchas ordenanzas en el Templo de Kirtland? Solo las ordenanzas de lavamiento y unción se realizaban en este lugar de revelación. Ahí también se administraba la Santa Cena, se llevaba a cabo la escuela de los profetas, pero, como dijo Brigham Young: “no había sótano, ni una pila, ni preparación para dar la investidura a los vivos o los muertos”.
Si bien los Santos estaban “investidos” de poder por la aparición de Jesucristo, la restauración del sacerdocio, la revelación del reino celestial, la obra por los muertos y otros eventos milagrosos que ocurrieron en ese templo; no fue hasta que los Santos estuvieron en Nauvoo que los bautismos por los muertos, la investidura y los sellamientos se comenzaron a realizar como los conocemos.
Sin embargo, en Nauvoo, tomó tiempo terminar el templo, así que los Santos realizaron los bautismos en el río hasta que el Señor les ordenó (¡dos veces!) que dejaran de usar el río y terminaran el templo.
No se realizó la obra de investidura por los muertos hasta que los Santos llegaron al oeste. En el Templo de Saint George se realizó esta ordenanza por primera vez.
Lo que podemos hacer hoy:
Aunque los templos estén cerrados y estemos en nuestras casas, como los Santos en Kirtland, podemos comenzar con los primeros pasos de la obra de salvación.
Al indexar, identificar a nuevos antepasados y añadir información documentada que necesitamos antes de que podamos realizar las ordenanzas por nuestros ancestros, todavía podemos participar de la obra del templo y prepararnos, como los Santos de la antigüedad.
¡Me siento emocionada por todas las personas que estarán listas para realizar la obra por sus antepasados cuando vuelvan a abrir los templos!
2. A menudo, la adoración en el templo se adapta a las circunstancias locales, las ordenanzas siguen siendo las mismas
A lo largo de la historia de la Iglesia, hubo retrasos y problemas a la hora de construir templos:
- Los disidentes se apoderaron del Templo de Kirtland
- Los bautismos por los muertos, la única ordenanza que se realizaba en el sótano del Templo de Nauvoo que aún no se terminaba de construir, se detuvo durante un tiempo después del martirio de José y Hyrum Smith
- El Templo de Nauvoo aún no se dedicaba antes de que los Santos se invistieran ahí, el mismo día en que evacuaron la ciudad
- Incluso los cimientos del Templo de Salt Lake permanecieron enterrados durante varios años para protegerlos de la visita del ejército de Estados Unidos
Sin embargo, después de que dejaron el Templo de Kirtland, pensaron en el templo en Nauvoo, Far West y Salt Lake. Finalmente, Brigham Young ordenó que se construyera un templo en St. George mientras que la construcción en Salt Lake fue lenta.
Los Santos de la antigüedad siempre tuvieron fe, miraron hacia el futuro y trabajaron para cumplir con sus convenios y mientras tanto fueron bendecidos.
Lo que podemos hacer hoy:
Al igual que la adoración en el templo a menudo se retrasó o interrumpió para los primeros Santos, podemos pensar que este es un retraso temporal debido a las circunstancias que el mundo está viviendo por la pandemia del COVID-19.
Mientras tanto, podemos avanzar con fe, haciendo nuestro mejor esfuerzo para sobrellevar las circunstancias en las que nos encontramos y vivir dignos de los convenios que ya hemos hecho o haremos.
El Señor vela por nosotros, y nuestra fe y paciencia durante esta prueba hará que nuestra experiencia sea más dulce cuando podamos entrar al templo otra vez.
3. Las bendiciones de los convenios están disponibles incluso cuando los templo no
Los primeros Santos querían recibir la ordenanza del templo antes de verse obligados a abandonar Nauvoo. Santos, tomo I:
Cuando Brigham se levantó al día siguiente, una multitud de santos lo recibió fuera del templo, ansiosos por recibir su investidura. Brigham les dijo que no era prudente retrasar la partida. Si se quedaban para hacer más investiduras, su salida de la ciudad podría verse obstaculizada o interrumpida. Prometió que edificarían más templos y tendrían más oportunidades de recibir sus bendiciones en el oeste.
Entonces Brigham se alejó, esperando que los santos se dispersaran, pero en vez de eso ellos subieron los escalones del templo y llenaron sus salones. Brigham se volvió y los siguió adentro. Vio sus caras ansiosas y cambió de opinión. Sabía que necesitaban la investidura de poder para soportar las dificultades que tenían por delante, sobreponerse al aguijón de la muerte y regresar a la presencia de Dios.
Durante el resto de ese día, los obreros del templo administraron las ordenanzas a cientos de santos. Al día siguiente, 4 de febrero, otros quinientos santos recibieron su investidura al tiempo que los primeros carromatos salían de Nauvoo.
Lo que podemos hacer hoy:
Los primeros Santos sabían que no tenían que ir al templo para recibir las bendiciones que provenían de hacer convenios en el templo. De hecho, Santos, tomo II, nos dice que a los miembros del batallón se les aconsejó que:
Mantuvieran sus cuerpos puros, que fueran castos y que llevaran puestos sus gárments del templo, si habían recibido la investidura.
Los Santos usaron el poder de sus convenios del templo incluso cuando el templo no era accesible y nosotros también podemos.
Invitar al poder del templo a nuestras vidas
Al igual que los primeros santos, incluso cuando no podemos ir al templo y realizar ordenanzas por los muertos o por nosotros mismos, podemos invitar al poder del templo a nuestras vidas. Todavía podemos experimentar la paz del templo en nuestros hogares.
La Guía de Estudios nos recuerda:
“Debido a que el Señor visita Sus templos, estos son más sagrados que cualquiera de los centros de adoración de la tierra. Solo el hogar puede compararse con el templo en santidad”.
En este tiempo en el que la Iglesia se ha trasladado al hogar y, en algunos casos, la Santa Cena se administra en casa, hoy es más importante que nunca que recordemos esta declaración.
Quizás podamos, como los primeros Santos, encontrar maneras de traer el Espíritu del templo a nuestros hogares: Podríamos colgar más fotos del templo en nuestro hogar, compartir experiencias que tuvimos en el templo.
Asimismo, podemos esforzarnos por mejorar y aumentar nuestra fe al interactuar y pasar tiempo junto con nuestra familia en casa. Independientemente de cómo lo hagamos, nuestros hogares pueden convertirse en la Casa del Señor mientras los templos están cerrados. Como dijo el Élder Gary E. Stevenson:
“Templo. Para un Santo de los Últimos Días sólo otra palabra la iguala en importancia. Hogar. Pongan las palabras Santo Templo y Hogar juntas y ¡habrán descrito la Casa del Señor!” (“Hogares sagrados, templos sagrados”, Conferencia General de abril 2009).
¿Cómo invitas al espíritu del templo a tu hogar? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
Fuente: LDS Living