Hace dos años, tomé la decisión de asistir con mayor frecuencia al templo, me comprometí a ir una vez al mes. Eso me ayudó a hacer promesas con el Padre Celestial.
Al principio visitaba los jardines del templo, oraba y volvía a casa. Otras veces, aunque no conseguía horarios para hacer la obra vicaria, buscaba maneras de servir dentro del templo.
Tiempo después, la asistencia a la Casa del Señor se volvió semanal, pero fue donde dejé de tener experiencias espirituales.
A pesar de que oraba, no sentía nada, las impresiones del Espíritu Santo brillaban por su ausencia. Leía las Escrituras, pero para mí era como leer un cuento, nada tocaba mi corazón.
Eso parecía una tortura. ¿Se imaginan no sentir nada nunca en cuanto a las cosas del Señor?
Decidí contarle esto a una amiga de la Iglesia y ella me aconsejó hablarlo con mis líderes.
Al día siguiente le envié un mensaje a mi obispo contándole lo que me venía pasando y le pedí una entrevista.
Él me recomendó que no dejara de hacer las cosas que siempre hacía, ya sea leer las Escrituras u orar, a pesar de que ya no sintiera lo mismo, el Señor se daría cuenta de lo que estaba haciendo con predisposición.
Un día, acompañé a una de mis amigas al templo para ayudar a los jóvenes a realizar bautismos vicarios.
Fue ahí donde volví a sentir todo lo que siempre había sentido, e incluso más. Entonces ocurrió un milagro; de pronto alcé la cabeza y, a través de una ventana, vi pasar a una obrera, y supe que ese sería mi destino no tan lejano.
Meses más tarde, llegó mi tiempo de recibir mis investiduras y fui apartada como obrera del templo en febrero de 2023.
El gozo que he sentido ha sido aún más grande e indescriptible.
Estar en el templo, aunque debamos comenzar solo con visitar el jardín y alrededores, nos bendice enormemente y nos da la guía que necesitamos para nuestra vida.
El Padre ama recibirnos en Su casa y debemos hacer el esfuerzo de acercarnos todo lo que podamos.
Él desea colmarnos de bendiciones y muchas veces somos nosotros quienes limitamos estas bendiciones sin darnos cuenta.
Si tienes alguna duda sobre si recibir o no tus investiduras, ora y el Espíritu te testificará de las bendiciones que recibirás al dar ese grandioso paso.
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