Para 2016, nadie pensó que una sencilla foto de Spiderman y el élder Dieter F. Uchtdorf se haría viral en las redes sociales.
Lo cierto es que este Spiderman conoció a su superhéroe favorito, un apóstol del Señor.
Tal vez hayas visto la icónica foto en internet, pero lo que quizás no conozcas es la historia detrás del día en que ambos superhéroes se conocieron en el centro comercial City Creek en Salt Lake, Utah.
Paul Lloyd tenía 27 años cuando todo sucedió. Recientemente se había retirado del servicio militar a causa de “la confusión y el temor” que le trajo el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En una entrevista para LDS Smile, compartió lo siguiente:
“Me encontraba en un lugar tan oscuro que estaba listo para dejar la Iglesia y renunciar a Dios. Un día, mi hija me pidió que saliera con ella [vestido] de Spiderman. Me puse el traje y salí con ella por que me lo pidió, se sentía triste al verme con estas dificultades”.
La hermana de Paul los llevó al centro comercial porque le resultaba difícil ver con la máscara.
Paul no sabía lo que le deparaba el futuro, nunca pensó que esa salida sería inolvidable y que su decisión de alejarse de la Iglesia de Jesucristo quedaría en el pasado.
Después de pasar más de 2 horas caminando por el centro de Salt Lake City, Paul y su hija se dirigieron al centro comercial City Creek.
En aquel lugar se encontraron con el presidente Uchtdorf, en ese entonces servía como segundo consejero de la Primera Presidencia. Él estaba almorzando con su familia.
No querían interrumpirlo o molestarlo, sin embargo él “tuvo la fuerte impresión de estrecharle la mano” y se armó de valor para hacerlo.
“Ahí estaba yo, con un tonto disfraz de superhéroe estrechando la mano de un apóstol del Señor. El poder de un acto desinteresado y el amor del Espíritu me dieron la paz que anhelaba en ese momento. Fue como una gran luz en un abismo de miedo y confusión. Aunque pareció un acto pequeño y sencillo, fue una revelación personal para mí, algo que cambió mi vida para siempre”.
Meses después de aquella anécdota, Paul decidió tomar otra decisión que cambiaría su vida.
“Antes de ponerme ese disfraz estaba a punto de dejar la Iglesia y renunciar a Dios. Catorce meses después de ese apretón de manos, entré al Templo por primera vez y recibí mi investidura. Las entrañables misericordias del Señor, el verdadero Superhéroe, me llenan de humildad”.
Fuente: Moroni Chanel