La prueba resultó positiva. Mi hija de ocho años tenía COVID-19, nuestra familia fue puesta en cuarentena y esperamos con ansias saber si también nos habíamos contagiado.
Aunque su caso no era grave, me arrodillé y oré durante los largos días en los que no sabíamos qué pasaría.
Le rogué a mi familia que pudiera lidiar con la tensión física, emocional y espiritual que nos había impuesto esta pandemia.
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Me sorprendió encontrarme estudiando sobre la Palabra de Sabiduría. Honestamente, cuando busco ideas profundas para desarrollar la resiliencia, la Palabra de Sabiduría no suele ser el primer tema que me viene a la mente.
Sin embargo, al estudiar esta revelación inspirada de manera más profunda, descubrí que era más que una lista de restricciones o consejos sobre la alimentación. De hecho, encontré “sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos”. (DyC 89:19)
Mira estos 3 tesoros de la Palabra de Sabiduría que encontré especialmente valiosos.
Descubrimiento #1: Podemos recibir revelación incluso a través de actividades seculares.
Hay una publicación que se comparte con frecuencia en las redes sociales que señala el hecho de que, aunque los hombres a menudo escalen la montaña hacia Dios, Dios por lo general encontrará a las mujeres donde estén.
Eso es verdad. Un ángel se le apareció a María en su ciudad natal (Lucas 1: 26-38). Cristo anunció Su identidad a la mujer junto al pozo mientras ella hacía sus quehaceres (Juan 4: 1-30). El Salvador se detuvo en medio de la calle para curar a una mujer enferma (Marcos 5: 21-34).
Saber que Dios podía venir a mí exactamente donde estaba, especialmente porque estaba en mi casa, literalmente sin poder ir a ningún otro lugar, fue extraordinario.
La historia del origen de la Palabra de Sabiduría es otro gran ejemplo. Emma, mientras limpiaba el lugar que usaban su esposo y sus amigos, sintió la impresión de buscar la guía de Dios sobre la saliva del tabaco que extraía del piso.
¿Estaba disgustada? O, ¿simplemente estaba cansada del desastre? De todos modos, me encanta que Emma se atreviera a insistir en que las tareas del hogar merecían una revelación profética.
Es interesante que los hombres de la Escuela de los Profetas, que estudiaron y debatieron precisamente los matices de las Escrituras, perdieron totalmente la oportunidad de pedir esta revelación.
En cambio, la revelación vino a través de una mujer que hacía las tareas diarias, que afirmó que Dios estaba interesado en su carga aparentemente personal de limpiar ese espacio.
Esto me demuestra que, si bien debemos reservar tiempo para el estudio de las Escrituras, la chispa de la inspiración profunda también puede provenir de circunstancias más simples.
Descubrimiento #2: La historia de origen de la Palabra de Sabiduría incluye consejos matrimoniales
Cuando Emma le contó sus preocupaciones a José, fácilmente él podría haberlas ignorado y justificado su comportamiento. En cambio, escuchó cómo sus acciones (y las de sus amigos) tuvieron un impacto en ella.
José Smith elevó humildemente las preocupaciones de su esposa al Señor y la respuesta reveladora que recibió se conoce como la Palabra de Sabiduría.
Aparentemente, José se adelantó a su tiempo, ya que las investigaciones contemporáneas muestran que cuando un esposo, en particular, está dispuesto a ser influenciado por su esposa, el matrimonio se vuelve más fuerte.
Bajo las presiones de la cuarentena, adquirí algunos malos hábitos y la lectura de esta historia planteó algunas preguntas difíciles: ¿Me pongo a la defensiva cuando mi esposo comparte alguna queja conmigo o respondo como José, con humilde autorreflexión?
Cuando me enfrento a la necesidad de mejorar, ¿busco un amigo para desahogarme o me dirijo al Señor en busca de revelación personal?
Descubrimiento #3: Centrarte en los principios de la Palabra de Sabiduría te ayudará a mejorar tu relación con tus hijos
Estos principios, relevantes en muchos entornos, se pueden aplicar específicamente a los padres.
La Palabra de Sabiduría comienza con “salutación; no por mandamiento ni restricción”. De la misma forma, podemos iniciar una interacción cálida con nuestros hijos, en lugar de recurrir inmediatamente a las reglas y sus infracciones.
La Palabra de Sabiduría nos anima a alimentarnos “con prudencia y acción de gracias”. Nos aconseja “recordar” sus enseñanzas y disfrutar los alimentos “de temporada”.
Podemos incorporar estos principios en la crianza de nuestros hijos. Podemos abordar las demandas de ser padre o madre con prudencia y gratitud, recordando experimentar alegría en cada etapa de nuestra vida y la vida de nuestros hijos.
La Palabra de Sabiduría nos aconseja saciar nuestro apetito con alimentos “saludables” y “buenos”. Asimismo, podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar un apetito por las actividades buenas y sanas.
La Palabra de Sabiduría reconoce que somos débiles y nos anima gentilmente a progresar paso a paso. Podemos repetir este enfoque amoroso si también somos pacientes con nuestros hijos en sus debilidades.
Como nuestro Padre Celestial lo demuestra en la Palabra de Sabiduría, podemos advertir amablemente a nuestros hijos sobre los peligros predecibles. Asimismo, podemos mostrar gozo cuando siguen nuestros consejos y tener en cuenta el contexto en el que se encuentran cuando no lo hacen. De ese modo, permitimos que las consecuencias naturales les enseñen.
Conclusión
En resumen, las profundas bendiciones prometidas al obedecer la Palabra de Sabiduría incluyen “salud en el ombligo y médula en los huesos”, la capacidad de correr sin fatigarse, la promesa de que “el ángel destructor pasará” y el acceso a tesoros escondido de conocimiento.
El estudio de la Palabra de Sabiduría me enseñó que cuando me someto a la voluntad de Dios y consumo los alimentos apropiados, soy bendecida con salud en el ombligo y médula en los huesos, y encuentro tesoros de conocimiento.
Asimismo, aprendí más sobre el carácter de Dios y cómo seguir la Palabra de Sabiduría forma mi carácter y fortalece mi convenio con Él.
Además, los beneficios no solo son para mí. Toda una familia israelí fue bendecida cuando un miembro de la familia colocó la sangre del cordero en la puerta. Del mismo modo, cuando estudio y vivo la Palabra de Sabiduría, todo mi hogar es bendecido.
¿Qué “tesoros escondidos” encontraste al vivir la Palabra de Sabiduría? ¡Cuéntame en la sección de comentarios!
Fuente: LDS Living