La historia y testimonio de Eric, un Santo de los Últimos días, que encontró una segunda oportunidad gracias al Evangelio.
Hace casi una década, Eric tuvo su primer ataque de pánico. Con el paso de los años, los ataques aumentaron hasta un punto en el que Eric dijo que la vida era “insoportable”.
Eric podía tener ataques de pánico que duraban de 8 a 10 horas, algo que él describió como un “horror”. El único escape que pudo encontrar de la ansiedad y el dolor fue el alcohol.
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“Honestamente creo que si no hubiera encontrado el Evangelio, probablemente estaría muerto o en una institución mental en este momento”, compartió Eric para LDS Living.
En sus momentos más oscuros, Eric compartió: “Empecé a acercarme a Dios, orando como nunca antes había orado”. Pero aún así Eric no sabía si alguien lo estaba escuchando.
Entonces, un día, mientras estaba en medio de otro ataque de pánico, Eric vio un enlace que un amigo compartió en Facebook y pronto se encontró viendo el discurso de la Conferencia General del Elder Holland “Como una vasija quebrada”. Por primera vez en su vida, Eric sintió esperanza.
Eric se acercó al amigo que había compartido el video. Su amigo, a su vez, le sugirió a Eric que recibiera una bendición del sacerdocio. “No sabía nada sobre la bendición del sacerdocio. Me sonaba muy, muy loco”, expresó Eric.
Aún así él estuvo de acuerdo, desesperado por ayuda. Su amigo y su suegro le dieron la bendición que necesitaba. Lo que sintió es algo que jamás olvidará. Eric salió de esa casa con paz, esperanza y un Libro de Mormón.
El mensaje y el consuelo de esa bendición permanecieron en la mente de Eric, incluso cuando regresó a una vida de alcoholismo y desesperación.
Pero luego Eric tuvo una experiencia que no pudo negar o ignorar, una que lo llevó al Salvador y a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Eric empezó a experimentar nuevamente los ataques de pánico, pero luego los cambios vinieron a su vida poco a poco.
“Comencé a tener estos sentimientos… que era totalmente inusuales en mí,” compartió Eric.
El momento llegó cuando se encontró en el garage de su casa.
“Estaba a punto de romper una cerveza y escuché a esta voz en mi cabeza decir: ‘Elimina, elimina, elimina’. Recuerdo que miré hacia arriba y escuché ‘Elimina ese comportamiento’ y sabía exactamente quién me estaba hablando, esa voz, sabía exactamente de qué estaba hablando.”
Después de ese momento especial con Dios, él acudió a un centro de rehabilitación con el libro de Mormon que le habían regalado. Un mes y medio después salió del centro de rehabilitación con un sentido renovado de la vida y un testimonio del Libro de Mormón.
Un día dos misioneras llegaron a la puerta de Eric y se ofrecieron a darle un recorrido por el centro de reuniones de la Iglesia.
En un momento durante el recorrido, Eric compartió: “Miré a las dos misioneras, nunca antes en mi vida las había visto [hasta ese momento], y supe que las había conocido antes. Supe que antes fui miembro de esta Iglesia. Supe que finalmente estaba en casa.”
Este artículo fue escrito originalmente por Lds living Staff y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título ““Had I Not Found the Gospel, I Would Probably Be Dead”: One Latter-day Saint’s Incredible Conversion Story”