Ponerse de pie y dar un testimonio en la Iglesia de Jesucristo puede llenarnos de nervios, pero existen otras maneras de dar un testimonio.
El élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Otra forma de compartir su testimonio es mediante la conducta recta. Su testimonio de Jesucristo no solo es lo que dicen, sino quienes son”.
Cuando compartimos nuestro testimonio sin palabras, sino con acciones, nuestro esfuerzo se transforma en un proceso que nos lleva a parecernos más al Salvador.
Todos nosotros podemos llegar a ser como Él mediante nuestro testimonio y aquí hay 3 excelentes maneras de lograrlo.
1. Siendo pacificadores
Jesucristo era un pacificador y, en la última conferencia general, el presidente Nelson enseñó que los verdaderos discípulos de Jesucristo ‘‘son pacificadores’’ y que es así que podemos honrar al Salvador.
Para compartir nuestro testimonio, busquemos evitar la contención y la ira, y en su lugar, llevemos paz y armonía.
Ser un pacificador es importante en todos los aspectos de nuestra vida, tanto familiar, laboral, social y virtual.
Ante los desacuerdos que hay en nuestra familia, lo mejor es responder con amor y escuchar los distintos puntos de vista.
Si los compañeros de trabajo están chismeando y hablando mal de otros, lo mejor es pedirles, amablemente, que lo dejen de hacer y que eviten esas situaciones.
Si hay un conflicto en las redes sociales, lo mejor es apagar el celular, cerrar la aplicación y no participar de la discusión.
Recordemos que elegir la paz sobre el conflicto puede crear relaciones más sanas y un ambiente más positivo. Tenemos la opción de ser pacificadores dentro de un mundo lleno de discordia. Todos podemos compartir nuestro testimonio siendo pacificadores.
2. Siendo serviciales
Tener una vida dedicada al servicio es una forma en que podemos compartir nuestro testimonio con las acciones.
Mientras servimos, otros lo notarán. Aun cuando sean pequeños actos de servicio, las personas ven nuestras buenas obras.
Cuando esto suceda, reconocerán las luz de Cristo dentro de nosotros mientras nos esforzamos por hacer el bien.
Podemos servir a los demás de maneras pequeñas y sencillas, como enviar un mensaje de texto inspirador o de consuelo a un amigo, ofreciéndonos a ayudar a una madre joven con sus hijos, o en un voluntariado dentro de la Iglesia o la comunidad. Hay un sinfín de maneras.
3. Priorizando el evangelio
Es mostrando a los demás que el evangelio es una prioridad en nuestra vida que podemos compartir nuestro testimonio mediante las acciones.
Sirviendo en el templo, dando prioridad a nuestra familia, cumpliendo con nuestras responsabilidades en la Iglesia, y no permitiendo que actividades menos importantes nos quiten tiempo en ello.
En conclusión, cuando vivamos una vida esforzándonos por ser como Jesucristo, el espíritu testificará a los corazones de los que nos rodean que sabemos que el evangelio es verdadero, tal como testificó la presidenta Bonnie H. Cordon en la conferencia general.
Podemos testificar de Cristo en todo lo que hacemos. A través de nuestras acciones, otros conocerán nuestro testimonio sin necesidad de las palabras.
Fuente: LDS Daily