¿Alguna vez pensaste que los cómics podían ser una herramienta para compartir el Evangelio? Pues eso fue exactamente lo que hizo Richard Comely, el creador del superhéroe canadiense Captain Canuck, cuya historia ahora se exhibe en la Biblioteca Harold B. Lee. Su vida muestra que la creatividad también puede ser un canal para testificar de Cristo.
Un artista en busca de algo más
Richard Comely nació en Inglaterra y se mudó a Canadá siendo niño. Desde pequeño sabía que quería vivir del dibujo. Aunque fue bautizado en la Iglesia Anglicana, creció sin una práctica religiosa definida. Sin embargo, su curiosidad espiritual lo acompañó desde joven, mientras caminaba por las calles de Manitoba, se preguntaba si alguna de las iglesias que veía sería “la verdadera”.

Durante su etapa en la escuela de arte, solía hablar con Dios mientras caminaba a casa, aunque aún no sabía bien a quién se dirigía. Años después, en Winnipeg, dos misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tocaron a su puerta. Y esa conversación cambió su vida.
Comely escuchó sobre el Plan de Salvación y el Libro de Mormón, y dijo que todo “le hizo sentido, como si ya lo supiera”. Se bautizó en el verano de 1971 y, poco después, también bautizó a su esposa. Juntos formaron una familia con ocho hijos.
De una idea en la capilla a un héroe nacional
En su barrio conoció a Ron Leishman, quien también amaba dibujar y había asistido a la misma escuela de arte. Empezaron a compartir ideas, y en particular se quedó en la mente de Comely el crear un superhéroe canadiense.
Ron partió a servir una misión en Bélgica, y le dejó el proyecto a Richard. Aunque no estaba seguro de que funcionaría, Comely siguió adelante. Mientras trabajaba en el mundo de la moda, empezó a dedicar tiempo a darle forma a Captain Canuck, un personaje fuerte, noble y valiente.

Pero lo que hacía especial a este superhéroe no era solo su traje o sus enemigos. Captain Canuck oraba antes de las batallas, confiaba en Dios y vivía principios del Evangelio. Para Comely, este personaje se convirtió en una forma de cumplir su deseo de ser misionero.
Evangelio entre viñetas
La serie de cómics ganó popularidad en Canadá. Las librerías compraban ejemplares y los lectores se sentían atraídos no solo por las historias, sino también por el mensaje de fe. Aunque algunas tiendas no quisieron venderlo por su contenido religioso, muchos jóvenes encontraron en Captain Canuck algo diferente.

Incluso dentro del equipo de producción, el Evangelio tocó corazones. Uno de los diseñadores, Claude St. Aubin, se bautizó tras trabajar junto a Comely. La influencia de este héroe llegó más lejos de lo que Richard había imaginado.
Hoy, Captain Canuck está de regreso. Hay nuevas publicaciones, una serie animada y hasta figuras coleccionables. Su legado sigue vivo como personaje y como herramienta de luz y testimonio.
Un recordatorio con capa
Más allá de los dibujos y las portadas llamativas, lo que más destaca es el mensaje de todos podemos usar nuestros talentos para compartir la luz de Cristo.
Ya sea dibujando, escribiendo, creando música o simplemente siendo buenos amigos, el Evangelio se puede compartir de mil maneras. Captain Canuck lo hizo desde las viñetas. ¿Y tú?
Fuente: The Daily Universe
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