Escrito Por Brandi Walton
Hoy siento que mi corazón está roto. No porque mi iglesia ha decidido hacer esperar a los hijos de parejas homosexuales hasta que cumplan los 18 años para ser bautizados, sino porque muchos de mis hermanos y hermanas están luchando con la decisión, algunos incluso diciendo que la decisión ha destruido sus testimonios de la veracidad de la iglesia.
Me crié en un hogar homosexual desde que tenía tres años hasta que cumplí los dieciocho años. Yo tuve la suerte de tener una madre que me permitió asistir a la iglesia y prácticamente me hubiera llevado a cualquiera que yo hubiese querido ir. De alguna manera ella preparó mi eventual descubrimiento y aceptación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, porque ella siempre me animó a hacer preguntas, y no creer en algo sólo porque alguien me dijo que fuera verdad. También me dijo que tenía que ser escéptica con las personas y, en cierto modo, esto allanó el camino en mí para aprender cómo recibir revelación personal y entender su importancia.
Cuando me enteré ayer por la noche de la decisión de la Iglesia para los hijos de las personas gays, al principio no podía creerlo. Desde que me bauticé en la Iglesia a menudo he pensado cómo hubiera sido mi vida si la hubiera encontrado cuando todavía era un niña, y los efectos que podría haber tenido en las decisiones que tomé en la adolescencia. No puedo decir con certeza que mi madre me hubiera dejado ser bautizada, pero siento que ella no me hubiera impedido asistir.
La Iglesia mormona no discrimina
Una cosa que poca gente entiende es que la Iglesia en general es una de las iglesias más acogedora y comprensiva que existe cuando se trata de la homosexualidad. Cuando fui bautizada en una iglesia Bautista a los trece años, mi madre no asistía porque se sentía muy incómoda, sin embargo, cuando mi hija mayor fue bautizada, ambas asistieron, y han asistido a otras funciones, como carnavales de otoño en la iglesia también. De hecho, las enseñanzas de la Iglesia sobre el juicio de los homosexuales en el juicio final fue una de las razones por las que investigué más a fondo a la iglesia en primer lugar.
Y es por eso, que cuando leí la decisión de la Iglesia, inmediatamente me pregunté por qué. Hasta ahora esto nunca me ha fallado, ya que creo que el Padre Celestial quiere que entendamos por qué las cosas son como son a la medida en que seamos capaces de comprenderlas. Nunca dudé de que la decisión era de origen divino y cuanto más reflexionaba, más pensamientos e inspiración comenzaron a venir a mí.
En primer lugar, es imprescindible que un niño entienda las doctrinas de la Iglesia y entienda el verdadero significado del matrimonio. Ser criado en un hogar homosexual puede ser muy confuso para algunos niños y difícil de conciliar los estatutos de nuestro Padre Celestial con el ejemplo que ven en casa.
En segundo lugar, sentir que tenemos que elegir entre nuestras familias y algo más es insoportable. Hubo muchas veces en mi infancia que me sentía dividido entre mis creencias y las opciones de mis madres. Personalmente, he expresado mi desacuerdo con la forma en que me crié y el matrimonio homosexual y ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho. No me puedo imaginar lo que sería para un niño sentarse en la oficina del obispo y rechazar el matrimonio o la relación de sus padres. Hacer que los niños esperen hasta que tengan dieciocho años alivia este enorme peso de encima de los hombros de los niños y asegura de que los niños estén en un momento de sus vidas en el que puedan tomar decisiones eternas con una mayor comprensión.
Estos niños no son olvidados. Recordando, puedo ver muchas de las veces que Dios estaba dirigiéndome y guiándome, finalmente me llevó hasta el punto en que podía hacer convenios en un templo. Él estaba a mi lado todo el tiempo. Como miembros de la Iglesia tenemos el privilegio de amar a estos niños y apoyarlos de la mejor manera posible. Para mostrarles el amor del Salvador y recordarles que todas las bendiciones que el Señor tiene son para ellos, y un día se les serán otorgadas, aunque no sea en el momento actual. Los miembros serán una bendición en sus vidas y los que harán dulce el tiempo [de espera] hasta su bautismo.
No dejemos que como mortales asumimos que sabemos más que él sobre lo que es correcto para Sus hijos, y es mi oración que todos busquemos un testimonio de que esta decisión es de nuestro Padre Celestial y sirve para un propósito divino, incluso si no podemos comprender plenamente cuál es ese propósito.
Artículo traducido del sitio web mormonwomenstand.com