En el tranquilo interior de un templo hindú, Wendy Cullum descansa en la posición final de su clase de yoga. Con los ojos cerrados, se concentra en dejar atrás las preocupaciones y acercarse más a Dios.

Wendy, al igual que otros miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha encontrado en el yoga una herramienta que no solo mejora su salud física, sino también su vida espiritual. 

Aunque el yoga tiene raíces en la India, su práctica en Utah ha crecido entre quienes buscan conexión interior sin dejar de lado su fe cristiana.

“Cuando me relajo en silencio y pienso en Él, siento que confío más en Dios”. 

Ella no es la única. Muchos Santos de los Últimos Días integran prácticas como la meditación, la respiración consciente y el yoga a su rutina espiritual diaria. Para ellos, estas disciplinas no compiten con su fe, sino que la complementan.

Una nueva forma de conectar con lo divino

Santos de los Últimos Días hacen yoga
El yoga podría ayudarte a generar un momento de paz y tranquilidad. Imagen: Canva.

Philip McLemore comenzó a practicar yoga tras una lesión en la columna. Descubrió no solo alivio físico, sino también una nueva dimensión espiritual. Durante años enseñó meditación a otros miembros de su fe y afirma que estas prácticas lo volvieron más compasivo.

Una lectura en el Nuevo Testamento lo marcó profundamente: Mateo 11:28–30, donde Cristo invita a tomar su yugo. La palabra “yugo” —que en su raíz lingüística está relacionada con “yoga”— habla de unión. 

Para McLemore, esa idea de unión entre el cuerpo, el alma y Dios es el corazón tanto del yoga como del evangelio.

Imagen: Canva

Hoy medita frente a un pequeño altar en su estudio, con una figura de Cristo en actitud contemplativa. Ahí siente que sus dos mundos se encuentran.

LeAnne Tolley, miembro de la Iglesia y maestra de yoga, comenzó su práctica tras una lesión que le impidió seguir entrenando. Con el tiempo, descubrió que el yoga le ofrecía más que movimiento físico: le enseñó a reconciliarse con su cuerpo.

“Mi fe enseña que Dios tiene un cuerpo glorificado. Ser como Él implica cuidar tanto el espíritu como el cuerpo”.

Para LeAnne, muchas formas de espiritualidad occidentales separan lo físico de lo espiritual, pero su fe —y su experiencia con el yoga— le han mostrado que ambos están profundamente unidos.

Aunque ha enfrentado críticas de quienes no entienden esta conexión, afirma con convicción: “Lo que he aprendido con el yoga solo ha fortalecido mi testimonio. Me quedo con lo que edifica mi fe”.

Espiritualidad más allá de lo formal

Yoga y fe
Los Santos de los Últimos Días pueden practicar yoga. Imagen: Canva.

Naomi Watkins se alejó de la Iglesia hace varios años, pero encontró en el yoga una forma de sanar y reconectarse consigo misma. Tras años de sentir que su cuerpo no tenía un lugar dentro de su experiencia religiosa, el yoga le ofreció una vía para recuperar su voz interior.

A través de técnicas de respiración y atención plena, logró calmar el ruido mental y redescubrir su intuición. 

“Mi cuerpo me habla. Me avisa antes que mi mente. Y por primera vez, lo escucho”.

Para Naomi, el yoga no reemplazó una religión, sino que se convirtió en su forma de conectar con lo divino desde el interior.

yoga y fe
Yoga y fe o Imagen: Canva.

Thomas McConkie dejó la Iglesia en su adolescencia. Dos décadas después, explorando caminos de meditación profunda, sintió un llamado a volver a sus raíces. Inspirado por las tradiciones contemplativas cristianas de los primeros siglos, fundó una comunidad de meditación en Salt Lake City.

“En nuestra doctrina se enseña que toda la creación está compuesta de luz divina. Estas prácticas ayudan a despertar esa luz en nosotros”. 

Para muchos Santos de los Últimos Días, el yoga y la meditación no son solo tendencias de bienestar, sino herramientas que les ayudan a vivir con más intención, más conexión y más fe.

Fuente: Associated Press

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