No todos nuestros días son perfectos, ¡no permitas que ese mal día se convierta en una mala semana! ¡Lee estos recordatorios para transformar tu día! Y ¡Sonríe! ¡Es un mal día, no una mala vida!
1 Pedro 3:15
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La calma es un superpoder. Así que, antes de airarte, respira profundo, medita lo que vas a decir y exprésalo. Responder con enojo, hará que las cosas sean peores. Imagina que lo que te están pidiendo, te lo solicita Dios.
“Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
2 Nefi 2: 25
Es un mal día, no una mala vida. Entonces, alégrate que, de este tipo de días, obtenemos las mejores enseñanzas. Estos días malos nos enseñan a valorar los buenos.
“Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo”.
2 Timoteo 1: 7
Controla tus impulsos, puedes decidir entre tener una guerra o vivir en paz. Yo elegiría lo segundo. Si te enoja algo, piensa en si en realidad vale la pena desgastar tu energía respondiendo a ello. ¡No lo vale!
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio”.
Doctrina y Convenios 78: 18
No está mal no poder con todo hoy, ¡cálmate! ¡vendrán mejores días! ¡podrás solucionarlo! Respira y recuerda que no estás solo, este es un momento perfecto para una oración en la que pidas calma.
“Y no podéis sobrellevar ahora todas las cosas; no obstante, sed de buen ánimo, porque yo os guiaré. De vosotros son el reino y sus bendiciones, y las riquezas de la eternidad son vuestras”.
¡Vamos que tú puedes con esto! ¡Ánimos! ¡Que tengas una excelente semana!
Fuente: Instagram