La incertidumbre forma parte de la vida. A veces, los problemas no se ven tan graves desde fuera, pero internamente pueden pesar mucho como un examen importante, una decisión que no sabes cómo tomar, una discusión familiar, o simplemente sentirte perdido sin razón clara. La paz que Dios ofrece no depende de lo que pasa afuera, sino de lo que puede nacer dentro de ti si lo dejas entrar. Aquí van cinco escrituras que pueden ayudarte a encontrar calma, incluso si no todo se resuelve de inmediato.
1. Juan 14:27
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da…” – Juan 14:27
Piensa en ese momento antes de un examen difícil. Estudiaste, pero sientes que no recuerdas nada. La presión sube y el corazón se acelera. Y entonces, de la nada, recuerdas esta escritura. No es que mágicamente se te vengan todas las respuestas a la mente, pero sientes que todo estará bien, pase lo que pase.
Esa tranquilidad que no viene de ti, sino de Cristo, te da claridad para hacer lo mejor que puedas sin miedo.
2. 2 Nefi 2:2

“Él consagrará tus aflicciones para tu provecho.” – 2 Nefi 2:2
Perder una oportunidad, como no ser aceptado en la universidad que querías, puede doler muchísimo. En ese tipo de momentos, este versículo no cambia la realidad, pero sí puede ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva.
Tal vez más adelante, cuando entras a otro programa académico, de trabajo o haces nuevas amistades inesperadas, entiendes que eso que parecía una pérdida, era parte de un mejor camino que no habrías escogido por ti mismo.
3. Doctrina y Convenios 6:34
“No temáis, manada pequeña… si estáis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer.” – DyC. 6:34
Cuando toda tu familia depende de ti, y sientes que no puedes con todo porque estás trabajando y estudiando, además de ayudar en casa, es fácil pensar que estás solo contra el mundo. Pero este versículo te recuerda que aunque seas solo “una persona” frente a tantos problemas, estás con Dios.
Y esa compañía es más que suficiente para seguir firme, aunque las circunstancias no mejoren de inmediato.
4. Salmos 46:10
“Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios” – Salmos 46:10
A lo largo de nuestra vida siempre estamos tomando decisiones como cambiar de carrera, servir una misión, terminar una relación. En estos momento se suelen tener opiniones de todos lados y no sabes qué hacer. A veces, lo mejor no es correr a buscar más respuestas, sino hacer un alto real.
Este versículo nos invita a encontrar un espacio, dejar el ruido por un momento y simplemente decirnos: “Dios sabe. Dios guía.”
Y muchas veces, esa pausa silenciosa te da la claridad que las mil opiniones no pudieron darte.
5. Mosíah 24:14

“Aliviaré las cargas… de manera que no podréis sentirlas.” – Mosíah 24:14
Puede que estés atravesando algo fuerte como cuidar de alguien enfermo, enfrentar ansiedad, sentirte triste sin saber por qué. Y no es que todo desaparezca de la noche a la mañana. Pero a veces el Señor envía pequeñas ayudas, un amigo que te llama sin saber lo que pasas, un domingo donde el mensaje parece escrito para ti, un día donde inexplicablemente tienes más ánimo.
Y así nos damos cuenta la carga sigue allí, pero ya no pesa igual. Dios está ayudando.
Pequeños recordatorios para cuando el corazón está cansado
A veces la paz llega en forma de respuesta. Otras veces, simplemente se siente como una mano invisible que te acompaña en el camino. Cristo nunca prometió evitarte las pruebas, pero sí prometió estar contigo en cada paso.
¿Hay una escritura que te haya sostenido en un momento difícil? Compártela. Quizás lo que a ti te ayudó, sea justo lo que alguien más necesita hoy.
Fuente: LDS Daily
Video relacionado



