Los estudiantes de todo el mundo que participan en los programas de BYU-Pathway Worldwide tienen una cosa en común, dijo el hermano Brian K. Ashton, segundo consejero de la presidencia general de la Escuela Dominical.
Ellos, como todos los hijos de Dios, necesitan que el Espíritu les ayude a aprender.
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Cuando las personas hacen que el aprendizaje sea un esfuerzo espiritual en lugar de sólo aprender, es mucho más probable que tengan éxito, dijo el Hermano Ashton durante su discurso en el devocional del martes 12 de febrero en BYU-Idaho en Rexburg, Idaho.
Para ayudar a aclarar la diferencia entre aprender y aprender por el Espíritu, el Hermano Ashton compartió cuatro principios clave extraídos de las Escrituras y las palabras de los profetas:
- “El primer principio es que toda verdad se hace comprensible para nosotros por la Luz de Cristo y el Espíritu Santo”, dijo el Hermano Ashton, agregando que “en otras palabras, la verdad no sólo es revelada o hecha comprensible para nosotros por el Espíritu, sino que también viene por Jesucristo a través de la Luz de Cristo.”
- “El segundo principio es que para aprender la verdad, debemos obedecer las leyes específicas que nos permiten entender ese principio”, dijo, señalando que el resultado de seguir este principio es que la luz y la verdad pueden eliminarse mediante la desobediencia a esas mismas leyes.
- “El tercer principio es que el Espíritu Santo y la Luz de Cristo pueden acelerar nuestra comprensión y nuestra capacidad [de aprendizaje]”, dijo el Hermano Ashton. Los actos simples como orar pidiendo ayuda, leer y meditar las Escrituras o servir a otros pueden permitir que el Espíritu ayude más fácilmente a quienes lo buscan.
- “El cuarto principio es que si ejercemos la fe en Cristo, ‘[tendremos] poder para hacer cualquier cosa que sea conveniente’ para Él”, dijo, citando un versículo del Libro de Mormón. “En lo que se refiere al aprendizaje, entiendo que cuando es conveniente para Cristo, podemos hacer lo siguiente: Superar o vencer los desafíos, desarrollar talentos que no son fáciles para nosotros y persistir en hacer las cosas que nos permiten aprender incluso cuando es muy difícil.”
Compartiendo dos ejemplos de su propia experiencia, el Hermano Ashton contrastó lo que es aprender con el Espíritu y lo que es intentar aprender sin el Espíritu.
Cuando era niño, la madre del hermano Ashton lo alentó a aprender a tocar el piano. Pero sin un fuerte deseo por aprender, puso un mínimo esfuerzo en su práctica diaria y lecciones semanales. Estaba convencido de que sería malo en eso y, en lugar de aumentar sus esfuerzos, aprovechó la primera oportunidad que tuvo para renunciar cuando se lo ofrecieron.
Años más tarde, cuando fue llamado a servir una misión, el hermano Ashton tuvo miedo de tener que aprender español. Pero en este caso, él tenía un deseo de aprender el idioma y, por lo tanto, estaba dispuesto a hacer el esfuerzo necesario de practicar, estudiar y aprender el idioma.
La diferencia entre las dos experiencias, señaló el hermano Ashton, es que cuando se trató de aprender español, él hizo de su intento un esfuerzo espiritual.
“El Señor nos concede según nuestro deseo”, dijo. “Lo que es más, tener el deseo de aprender abre nuestros corazones de modo que el Espíritu pueda revelarnos la verdad.”
No sólo tenía el deseo de aprender español y pedir ayuda al Señor en sus esfuerzos, notó el hermano Ashton, sino que cumplió su deseo al obedecer las “leyes sobre las cuales se basaba la bendición de aprender español”.
Aprender a tocar el piano, por otro lado, había sido un esfuerzo claramente nada espiritual para él. Notó que su actitud negativa, la cual había tenido desde el principio, le hizo casi imposible hacer del aprender a tocar un esfuerzo espiritual en ese momento, incluso si lo hubiera querido.
Las experiencias opuestas le dejaron en claro al Hermano Ashton, la importancia de reconocer la mano del Señor en todas las cosas y el éxito que se puede llegar tener cuando uno está dispuesto a humillarse y seguir el camino del Señor hacia el entendimiento.
“Entonces, ¿qué necesitas hacer para tener éxito en tus esfuerzos por aprender?”
El hermano Ashton enumeró 7 pasos por los cuales podemos aprender por medio del Espíritu:
1. Reconoce que el aprendizaje es un proceso espiritual.
2. Desarrolla un deseo de aprender lo que estás estudiando.
3. Pide ayuda divina. Esto incluye oraciones diarias y específicas al Padre Celestial. Él está esperando poder ayudarte.
4. Haz el esfuerzo requerido para aprender. Ese esfuerzo no siempre será el mismo en comparación con otros.
5. Arrepiéntete. El arrepentimiento nos ayuda a tener el Espíritu en mayor medida en nuestras vidas.
6. Haz cosas adicionales que inviten el Espíritu en tu vida.
7. Confía que todo es posible con Dios. No te rindas sólo porque aprender algo parece imposible. No tomes consejo de [tus] miedos. Más bien sigue adelante con fe.
Este artículo fue escrito originalmente por Aubrey Eyre y fue publicado originalmente por thechruchnews.com bajo el título “Try these 7 steps to make learning a spiritual — not just a secular — endeavor”