“Los mormones son conocidos por no participar de sustancias adictivas como el café, el té, el alcohol o las drogas ilegales, pero a menudo la adicción al azúcar se presenta por razones similares a las otras sustancias.”
Tarissa Vreeland dejó de beber café para ser bautizada en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el 2016.
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“Bebí al menos una taza (de café) un día antes de bautizarme”, compartió Vreeland. “Comencé a reducir mi consumo cuando empecé a recibir las charlas misionales y lo dejé por completo justo antes de bautizarme.”
Pero pronto se dio cuenta de que había desarrollado una “adicción” diferente en su lugar.
“Realmente no noté que estaba consumiendo más azúcar hasta aproximadamente seis meses después de haberme bautizado”, dijo Vreeland. “Estaba tratando de perder peso y me di cuenta de que era adicta a los caramelos y los dulces.”
Vreeland dijo que notó una relación entre los mormones y la comida.
“Sinceramente, no estoy segura de por qué reemplacé el café con el azúcar. Probablemente porque era adicta y necesitaba llenar el vacío”, expresó Vreeland. “Creo que a menudo nuestra adicción al azúcar y a la comida se debe a que no bebemos alcohol, fumamos, etc. No consumir tanta azúcar es algo en lo que estoy trabajando para ser mejorar.”
Este problema es común entre los mormones, corroboró el profesor de fisiología y desarrollo biológico de BYU, Benjamin Bikman.
Los mormones son conocidos por no participar de sustancias adictivas como el café, el té, el alcohol o las drogas ilegales, pero a menudo se encuentran consumiendo azúcar por razones similares a las que las otras personas consumen las sustancias adictivas mencionadas anteriormente.
Bikman ha estudiado de cerca el impacto de la obesidad, la diabetes y la insulina en la salud metabólica. Bikman dijo que el azúcar es dañino para nuestro cuerpo y que su consumo debería controlarse.
Bikman comparó a los mormones que comen azúcar en reuniones sociales con la forma en que las personas fuera de la Iglesia consumen alcohol en las reuniones sociales.
“Es casi imposible pensar en tener una reunión mormona sin algo de comida chatarra”, dijo Bikman. “Al igual que es imposible para las personas que no son miembros de la Iglesia imaginar que se reunirán sin alcohol; hemos reemplazado uno con el otro.”
Benjamin Bikman dijo que se estremece cuando ve personas haciendo cola en las tiendas de bebidas populares a las 8 de la mañana porque sabe el impacto que toda esa azúcar tendrá en sus cuerpos. Bikman también expresó que el consumo de azúcar y almidones, particularmente en grandes cantidades durante el día, aumenta drásticamente la insulina y reduce la velocidad del metabolismo; eso contribuye en gran medida a la producción de grasa del cuerpo.
Bikman dijo que es importante crear límites con el azúcar y reconocer dónde se puede esconder el azúcar en los alimentos que consumimos en el día. Dijo que incluso las comidas comunes como el ketchup, la mantequilla de maní, los encurtidos y el tocino a menudo tienen azúcar como ingrediente.
“Conoce al enemigo. Si lo que estás comiendo, viene en una caja o bolsa o tiene un código de barras, a menudo viene con azúcares añadidos”, dijo Bikman. “Mi consejo para aquellos que intentan abandonar el hábito del consumo excesivo de azúcar es de no comer alimentos azucarados por seis días a la semana, y tomar un día de la semana para disfrutar de un pequeño gustito.”
Bikman también dijo que casi cualquier otro edulcorante es mejor que el azúcar; el xilitol, el eritritol y la stevia son buenos sustitutos. Benjamin Bikman compartió que para que una persona pueda adaptarse a estos edulcorantes depende mucho de sus bacterias intestinales, pero que son más seguros y saludables que el azúcar.
La adicción al azúcar no siempre se encuentra dentro de las definiciones tradicionales de adicción, por lo que pueden ser difíciles de identificar y superar. Según Ben Hill, profesor de psicología en BYU y terapeuta especializado en adicción durante más de 30 años, las adicciones a alimentos y el azúcar pueden no ser tan severas como las adicciones tradicionales a las drogas y el alcohol, pero que aún pueden imitarlas por la forma en que las personas responden física y mentalmente a estas.
“Los trastornos alimenticios son muy difíciles”, expresó Hill. “Es un comportamiento compulsivo que es muy mortal y es similar a una adicción.”
Ben Hill dijo que las personas a menudo “pueden tener un déficit espiritual” u otra carencia en sus vidas que les hace recurrir a alimentos o al azúcar para “automedicarse”.
Él se refirió a estas adicciones como “distracciones divinas” que inicialmente parecen ayudar a los problemas, pero que eventualmente hacen que las personas sufran física, espiritual y emocionalmente. Hill dijo que aquellos que sienten que han perdido el control sobre su consumo de alimentos y azúcar probablemente tienen alguna forma de adicción en sus vidas.
Ben Hill también dijo que es posible combatir una adicción al azúcar siguiendo los pasos adecuados.
“Reemplaza las tareas mundanas y los pasatiempos con cosas más interesantes: practica deporte, haz ejercicio o aprende cocina gourmet, porque es menos probable que consumas alimentos azucarados y te centres más en la nutrición y la calidad que en la cantidad”, aconsejó Hill. “Hay bastante información que muestra que una buena nutrición ayuda a las personas a ser más fuertes contra la adicción cuando esta se les presenta en su sistema. Eso también ayuda a las personas a superar las adicciones.”
Este artículo fue escrito originalmente por Mormonhub y fue publicado por mormonhub.com bajo el título: “Sugar Addictions Prominent in Mormon Culture”