Estoy muy confundido. Leí que el adulterio es una relación sexual entre dos personas que no están casadas, pero ¿qué pasa con las relaciones sexuales imaginarias? Ahí no se comete ningún acto físico.
Lucho con mis pensamientos y me encuentro en la segunda situación. Lo que me confunde es si el adulterio en el corazón es igual de grave que el adulterio en la carne. ¿He cometido adulterio a pesar de que no haya sido un acto físico?
Respuesta
Para comenzar a responder a su pregunta sincera, leamos los versículos de las Escrituras que se correlacionan con lo que le preocupa. En el Libro de Mormón podemos leer el siguiente versículo en Alma 12:14:
“Porque nuestras palabras nos condenarán, sí, todas nuestras obras nos condenarán; no nos hallaremos sin mancha, y nuestros pensamientos también nos condenarán”.
En la Biblia el Señor declaró:
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. – Mateo 5:27-28
La primera escritura explica que si no estamos atentos a nuestros pensamientos, nuestros pensamientos podrían condenarnos.
En el segundo versículo el Señor nos permite ver la ley superior que va correlacionada con el adulterio.
¿Por qué el Señor se preocupa por nuestros pensamientos, y por qué un hombre o una mujer ya han cometido adulterio si solo sienten lujuria por alguien?
Para esto podemos leer la siguiente cita del presidente David O. McKay:
“Los pensamientos son las semillas de los actos y los preceden… El deseo y el esfuerzo constantes del Salvador fueron implantar en nuestra mente pensamientos buenos, motivos puros, ideales nobles, sabiendo muy bien que las palabras y acciones correctas inevitablemente vendrán en consecuencia”. -“Stepping Stones to an Abundant Life”
Para acompañar las palabras del presidente McKay podemos leer el siguiente versículo en Doctrina y Convenios 121:45-46:
“Deja también que tus entrañas se llenen de caridad para con todos los hombres, y para con los de la familia de la fe, y deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente; entonces tu confianza se fortalecerá en la presencia de Dios; y la doctrina del sacerdocio destilará sobre tu alma como rocío del cielo.
El Espíritu Santo será tu compañero constante, y tu cetro, un cetro inmutable de justicia y de verdad; y tu dominio será un dominio eterno, y sin ser compelido fluirá hacia ti para siempre jamás”.
Ahora que tenemos más conocimiento sobre la importancia de mantener nuestros pensamientos puros y cómo estos nos acercan a Dios, ¿qué podemos hacer para evitar tener pensamientos impuros?
El primer paso sería pedir perdón al Señor.
Los pecados que surgen de nuestros pensamientos no son transgresiones graves, pero son transgresiones al fin y al cabo. Como no son transgresiones graves, puedes arrodillarte y pedirle perdón al Señor.
Puedes suplicar al Señor que te dé fuerzas, por Su gracia, para vencer el pecado del adulterio en tu corazón.
Con el tiempo, dependiendo de tus elecciones personales, podrás superar esto gracias a la gracia de Cristo.
Sería bueno meditar en la siguiente cita de James Allen:
“La mente de un hombre puede compararse a un huerto; se le puede cultivar con inteligencia o dejar que crezca salvaje; pero, ya sea que se cultive o que se deje a un lado, algo siempre crecerá. Si no se siembran semillas útiles, caerán en el huerto una abundante cantidad de semillas de malezas que continuarán reproduciéndose.
Tal como sucede cuando un hortelano cultiva su huerto manteniéndolo libre de malezas y permitiendo que crezcan nada más que las plantas y frutos que él desea, así sucede con el huerto que el hombre posee en su mente, si quita todo lo malo, todo lo inútil y todos los pensamientos impuros y se cultiva hacia la perfección, cosechará las plantas y los frutos del bien, de lo útil, así como los pensamientos puros.
Si un hombre sigue este proceso, tarde o temprano descubrirá que él es el jardinero de su alma, el director de su vida. También… comprenderá con exactitud la forma en que el poder del pensamiento y los elementos de la mente operan en la formación de su carácter, de sus circunstancias y de su destino”. – La pureza de pensamiento, “Deberes y bendiciones del Sacerdocio”
Es bueno que te preocupes por tus pensamientos, algo que todos deberíamos hacer. Entonces, para responder tu pregunta de manera directa: ¿Es el pecado del adulterio en nuestros pensamientos, corazón, lo mismo que cometer adulterio físicamente?
No.
El acto del adulterio es una transgresión grave y requiere que acudamos a alguien que posee la debida autoridad y las llaves del sacerdocio (un juez en Israel) para ayudarnos en el proceso de arrepentimiento.
El pecado en nuestros corazones y pensamientos, requiere diligencia de nuestra parte, es decir, esfuerzo diario, mas no requiere la autoridad del sacerdocio y sus llaves para obtener el perdón.
Esto no quiere decir que no estés transgrediendo. Un pecado siempre será un pecado y nada cambiará a menos que nosotros decidamos cambiar.
Fuente: AskGramps