Las personas que quieren dejar de lado el ajetreo y el bullicio de esta temporada de tanta comercialización siempre se centran en actos de servicio y buena voluntad.
A pesar de ser una parte esencial de la celebración navideña centrada en Cristo, no podemos olvidar abrazar lo que hemos recibido.
Al dar regalos a nuestro prójimo, también debemos regocijarnos en los dones [bendiciones] que recibimos no solo de nuestros amigos y familiares, sino también de nuestro Padre Celestial.
Aquí hay tres ideas simples que pueden ayudarnos a abrir nuestro corazón para recibir estos dones con más gratitud.
Haz una lista de todo lo que recibiste a través de Jesucristo
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Jesús es la fuente de todo lo bueno en nuestras vidas. Al enumerar todas las cosas que tenemos gracias a Él y el Evangelio, nuestro corazón se llena de gratitud.
Recibimos las bendiciones que se nos han dado de manera más plena, lo que nos permite recibir más. Nuestra fe en que nuestro Padre Celestial y Cristo son verdaderos dadores de buenos presentes crece.
Una vez que hayas hecho tu lista, revísala con regularidad. Si lo prefieres, escribe cada día en tu diario y esto te ayudará a ver más de lo que podrías notar.
Pide sinceramente tus deseos más profundos
¿Te sientes culpable por pedirle algo a Dios? Por supuesto, debemos tener cuidado de no pedir demasiado. Sin embargo, no temas presentar tus deseos más profundos al Señor.
Sé completamente sincero con respecto a cuándo los quieres y humildemente pregunta qué puedes hacer para que tus deseos se hagan realidad.
Ora con toda la fe que puedas para que las cosas que deseas sean posibles. Ora para tener más fe y ora para que se haga la voluntad de Dios.
Ora para que tus ojos estén abiertos para ver las bendiciones compensatorias que Dios pone en tu vida cuando no responde a cierta oración.
La época navideña también es un buen momento para abrirse a quienes te rodean. Sé vulnerable y permite que quienes te aman conozcan tus necesidades y lo que te hace feliz.
Abraza y disfruta tus bendiciones sin remordimientos
Al recibir, abraza y disfruta de tus dones. No te sientas culpable por encontrar gozo en tus bendiciones y no te compares con otras personas. Evita el orgullo, pero alaba a Dios y no te avergüences de compartir lo que tienes.
No te sientas mal porque tienes algo que otras personas no. Busca buenas formas de dar dones y bendecir a los demás, tal como nuestro Padre Celestial lo ha hecho por ti.
Si podemos regocijarnos en los dones [bendiciones] que hemos recibido de Dios, podremos sentir más gozo en esta temporada navideña y durante el próximo año.
¡Comparte con nosotros en los comentarios cómo recibes los dones del Señor!
Fuente: LDSDaily