4 formas simples de alejar aquello que te hace perder el Espíritu

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Tomamos decisiones todos los días. Cada una de esas decisiones por más pequeña que sea, define nuestro destino. Una de aquellas decisiones diarias es lo que vemos, escuchamos y leemos.

Hoy en día, tenemos una gran variedad de películas, música, programas de televisión, libros y redes sociales para elegir. Lo que escojamos puede afectarnos para bien o para mal.

Según “Para la Fortaleza de la Juventud”:

“La información y el entretenimiento que proporcionan esos medios de comunicación pueden aumentar tu habilidad para aprender, comunicarte y llegar a ser una fuerza para bien en el mundo”.

Discernir entre lo bueno y lo malo

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Después de todo, los miembros de la Iglesia han utilizado diversos medios de comunicación para compartir el Evangelio, cumplir sus llamamientos y corregir la información errónea sobre la Iglesia.

Para la Fortaleza de la Juventud también advierte que “cierto entretenimiento e información pueden alejarte de una vida recta”.

El presidente M. Russell Ballard también se refirió a este tema:

“Las elecciones que hagamos relacionadas con los medios de difusión podrían simbolizar las elecciones que hagamos en la vida”.

“El elegir programas de televisión y películas que están de moda, que son excitantes a nivel sexual y de mal gusto, podrían ser la causa, si no tenemos cuidado, de que también escojamos lo mismo en nuestra vida”.

Nuestro albedrío

decisiones

Por supuesto, la Iglesia no proporciona intencionalmente una lista completa de las opciones buenas y malas de entretenimiento.

En un artículo de la Iglesia sobre los medios de comunicación y el entretenimiento dice:

“Los principios correctos, no las listas detalladas de lo que se debe y no se debe hacer, nos permiten ejercer nuestro albedrío y familiarizarnos con la forma en que el Espíritu nos guía”.

Aquí hay cuatro preguntas que puedes hacerte para evaluar tus opciones de entretenimiento y medios de comunicación:

1. ¿Lo que estoy escogiendo concuerda con mis prioridades?

El presidente Dallin H. Oaks, en su discurso “Enfoque y prioridades”, dice lo siguiente:

“Algunos deciden pasar innumerables horas curioseando al azar en Internet, viendo programas insignificantes de televisión o leyendo rápidamente otras fuentes voluminosas de información. ¿Pero con qué fin?”

No deberíamos consumir un medio de comunicación solo porque sea bueno.

“Para empezar, debemos darnos cuenta de que el solo hecho de que algo sea bueno, no es razón suficiente para hacerlo. El número de las cosas buenas que podemos hacer es mucho mayor que el tiempo disponible para lograrlas”.  (Dallin H. Oaks, “Bueno, mejor, excelente”)

poder del sacerdocio

Probablemente, pueda usar mi tiempo de una mejor manera.  Dejar de pasar horas viendo videos de animales bebés, aunque esos videos pueden ser completamente apropiados.

Con todas las opciones de medios disponibles en la actualidad, deberíamos poder encontrar cosas en nuestra categoría “mejor” y evitar el resto.

2. ¿Cuál es el propósito de ese contenido?

Cuando se trata de elegir entretenimiento, la intención es importante.

Por ejemplo, en la Biblia y el Libro de Mormón encontramos relatos en lo que se evidencia violencia, a pesar de las advertencias sobre los medios violentos.

Jueces 3 cuenta la historia muy gráfica de Aod, que libera a los israelitas al matar al rey Eglón.

En Éter 15, Coriántumr decapita a Shiz, que “se esforzó por tomar aliento” antes de morir.

No se puede negar que se trata de historias violentas. Pero, su propósito es enseñar principios verdaderos.

Por otro lado, los medios que contienen violencia simplemente por el valor del impacto, probablemente no sean una gran idea.

3. ¿Cómo se retrata el buen y el mal comportamiento?

redes sociales

En mi opinión, la sola presencia de un mal comportamiento no es un motivo suficiente para evitar ciertos medios de comunicación.

Por ejemplo, en las Escrituras se relatan actos de inmoralidad y violencia. La diferencia es que las Escrituras describen estos actos como malos.

Por otra parte, puedo pensar en varios programas de televisión y películas que no contienen violencia, contenido sexual o lenguaje ofensivo. Sin embargo, menosprecian la religión y la familia.

La clave es cómo el programa de televisión, la película, el libro, etc. retrata el buen y el mal comportamiento.

¿Presenta la violencia como aceptable?

¿Presenta las drogas, el alcohol y la promiscuidad como algo divertido y glamoroso?

¿Retrata la creencia en Dios como algo tonto y supersticioso?

Si has respondido “sí” a cualquiera de estas preguntas, lo más probable es que sea mejor que evites el contenido en cuestión.

4. ¿Cómo me siento después de escuchar / leer / ver ese contenido?

Aquí es donde entra en juego el consejo de “seleccionar solo los medios de comunicación que te eleven”.

Hay canciones que no contienen ningún lenguaje ofensivo o contenido sexual y, sin embargo, me dejan inexplicablemente triste todo el día.

¿Estoy en una mejor sintonía con el Espíritu Santo que todos los que eligen escuchar estas canciones? Ciertamente no.

Más bien, creo que cierto contenido realmente afecta a cada individuo de manera diferente.

El cuerpo de algunas personas no tolera algunos productos lácteos. Eso no significa que los productos lácteos no sean saludables.

Prestar atención a cómo nos afectan ciertos tipos de contenido es fundamental para tomar buenas decisiones en cuanto a los medios de comunicación que elegimos.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Ashley Lee y fue publicado en Third Hour con el título “4 Simple Ways to Evaluate Your Media Choices”.

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